Un pasito menos

Ya estoy de vuelta. Al final en la entrevista no me han preguntado cuando se descubrió Panamá, cuales son los Parques Nacionales más importantes del país, o cómo es el clima en esa parte del mundo. Me han preguntado mis motivaciones para ir a la Ruta Quetzal, qué me parecen como están los jóvenes en la actualidad, qué haría en la selva, y si estoy en forma. He respondido con tranquilidad y naturalidad, y ahora solo toca esperar. El lunes dicen quien pasa a la última fase, las pruebas físicas en la sierra de Madrid.

Después. para relajarme he dado un paseo por el centro de Madrid, con otro ritmo bien distinto los fines de semana. Pero la relativa calma ha sido rota por una sonora manifestación de funcionarios de Justicia que, no lo sabía, también están a disgusto con ZP. Para amenizar la hora del aperitivo nada mejor que unas patatas bravas en la auténtica Casa de las Bravas, que un día me enseñó mi padre, justo al lado de la Puerta del Sol. Ahora me voy otra vez de ruta gastronómica, para resarcirme de mi exilio y, como no, a las 22 horas en un bar o en el sofa viendo a mi Atleti. Qué lástima que los caprichos del calendario hayan hecho que juegue dos semanas seguidas fuera de casa. La única posibilidad de ver fútbol en directo pasa por un estadio que se llama Bernabeú, o algo así. Si me regalan la entrada, alguno de mis compis de la radio del Sevilla, me pensaré ir. Aunque me tendré que pedirle el traje de astronauta a Pedro Duque, por eso de que no se me pegue nada malo.