jueves, 30 de julio de 2009

San fermines (6ª parte)

Se me olvidó contar una cosa que ocurrió en la plaza de toros, pero que poco tuvo que ver los cornúpetas. Me encontré a un grande, a mi ídolo deportivo por antonomasia, a la única persona que ha hecho que olvidara la siesta durante semanas, el único ser que ha hecho que cambie un plan de playa por una tarde de tele con calor y sopor incluido. Imagino que le habrán puesto ya cara al susodicho. Sí, claro, me refiero a Miguel Indurain.


Y ahora si, continuo. Con el final del festejo no se acaba la fiesta; como siempre en San Fermines el final de una actividad no es más que el comienzo de otra. En este caso, antes de que los matadores se marchen, por la puerta de cuadrillas, en esta ocasión, los aficionados pueblan el ruedo pamplonés con las banderas de sus peñas (15 en total) dispuestos a entretener a locales y foráneos con sus charangas y ganas de fiesta. Nosotros, como buenos adoptados, no podíamos ser menos y allí que no fuimos, al centro del ruedo…sin toro ya, eso sí.


Casi sin lugar al estiramiento, el grupo nos esperaba en el monumento dedicado a Hemingway, el escritor norteamericano que hiciera internacionales esta fiesta. Este año sus dobles han protagonizado la cara más amable de los actos institucionales en una actividad que buscaba el mayor parecido con el premio Nobel en el cincuenta aniversario de su nacimiento.


El camino, que nos marcaba la marea blanca y roja nos llevaba ahora a la Ciudadela. Desde este precioso rincón, lugar otrora de desde sus (contrario de almena…), se lanzan los fuegos artificiales que llenan por unos minutos de luz y color el cielo pamplonés como el mejor reflejo de lo que ocurre en sus calles, es el mejor espejo de lo que está ocurriendo aquí abajo. Cada día, empresas pirotécnicas llegadas desde distintos puntos d la geografía española y mundial, queman toda su pólvora para ser el ganador del premio a la mejor pirotecnia. Un espectáculo para la vista, y para el cuerpo, ya que al menos durante 20 minutos, los cánones mandan tumbarse en el césped que rodea a la Ciudadela para presenciarlos mejor.


Justo después de que acaben los fuegos ocurre algo que pasa desapercibido para la mayoría, pero no para los periodistas: se pone a la venta el periódico del día después. Si como han oído. A las 21.05 horas acaba la corrida, último acto más relevante del día, y a las 22.40, ya está maquetado, corregido, impreso y distribuido. Para mí todo un récord. Alucinado me quedé, lo reconozco.

En Pamplona a 11 de julio de 2009

lunes, 27 de julio de 2009

San Fermines (5ª parte)


Fueron minutos, los que van de las once y pico a las dos menos algo. La ducha, único reparador a esas horas y después de tantas en pie, fue lo que me hizo despertar. Eso, y la comida que nos preparó Mamen, la madre de Marta. Sin lugar al despiste, y con dos buenos bocatas de ajoarriero (bacalao con patatas y demás especies) bajo el brazo, María José y yo nos fuimos directos al coso de Pamplona, el que gestión la Casa de la Misericordia, una institución pamplonica con años de historia que se dedica a ayudar a los que más lo necesitan. Desde los aledaños se respiraba la fiesta. Allí el centro de toda la algarabía es el toro, estábamos en la fiesta por antonomasia, en la continuación del encierro, en el final de la vida de ese animal bravo que se hace más grande, si cabe, en la capital Navarra. La anécdota, y la suerte, que por ahora, y tocamos madera, me sonríe, volvió a estar de mi lado. Las entradas que tenía, gentilmente cedidas por la tía de Marta, Begoña, tenía la fecha del día siguiente (hubo un lapsus). En cualquier plaza del mundo me hubieran mandando a mi casa a cambiarlas, o a Cuenca, a por ajo y agua, pero no, aquí no. Entramos sin problemas, y por eso lo cuento. Si algún día lo lee el jefe de porteros, vaya por delante mi agradecimiento.



Los festejos taurinos han estado siempre ligados a esta fiesta. Se remontan al siglo XIV, aunque es a partir de 1767 cuando se celebran con regularidad y como colofón al encierro. La corrida comenzó a las 18.30, como marcaba el reloj de la plaza. El sol estaba repleto de batas blancas, que a no ser por las explicaciones de los anfitriones, nadie acertaría a decir por qué. No había operaciones, lógicamente. La razón era bien sencilla, a la plaza, en sol, se va uno a divertir. La medida está en los cubos de tinto que le tire a su vecino de localidad. Todo un despropósito de buenas intenciones. Eso por una parte, por la otra un festín de los de aupa. Y para rematar, La chica Ye-ye o rancheras mejicanas.



En la sombra, los serios, que inevitablemente también ríen con las ocurrencias de los que están en la solana, se disponen, se supone, a ver otra corrida, la que se da sobre el albero, y que en esta ocasión enfrentaba a los diestros Serafín Marín, David Mora y “Joselillo” frente a astado de Dolores Aguirre, a la postre galardonados como los mejores del ciclo.



Lo que respecta al festejo, que no me alargaré porque no es esto una crónica de las taurinas al uso, se dio bien. Serafín Marín sigue en una racha que no levanta cabeza, David Mora, aseado y valiente, y “Joselillo”, valiente también, y muy dispuesto. Ninguna belleza para recordar toda la vida. Bueno sí, el gran conjunto que toreros, toros, público y ambiente, sí ambiente, conformarán en mis retinas como la primera, que espero no la única, visita a la plaza de la Misericordia.



Y sobre el gran protagonista, el toro, tengo algo más que decir. La belleza de los astados que saltaron al albero pamplonés, con unas hechuras casi perfectas, unos músculos definidos, unos pitones de infarto…hacen del toro bravo, de estos toros bravos con mayúscula, un animal deseado, venerado y cuidado, mal que les pese a muchos.



En Pamplona, a 11 de julio de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

Cumpleaños feliz...ya son 25

Pues sí, 25 años o un cuarto de siglo ya, esos son los que cumplo hoy, a partir de las 13 horas, dice Mari Carmen, que además de matrona es mi madre. Ya sabéis que el sábado estáis todos invitados a la barbacoa que haré en mi casa.

San Fermines (4ª parte)


Para terminar la mañana como un auténtico pamplonica, hay que tomar unos buenos churros con azúcar y chocolate en la calle Estafeta. La cola es considerable, pero ni el cansancio puede con ellos. Las calles, recién montadas de nuevo, rebosan de gente, de alegría, de color. Es la impresionante vida de una ciudad que no duerme en fiestas.



Nos cruzamos con los rezagados, los que apuran los últimos sorbos de un elixir que debe ser mágico, los que aprovechan los últimos besos de amor o de pasión, los que vuelven, para descansar, los que van, pero a trabajar. Pero el camino, infinito en cuanto a posibilidades de posible distracción, se desvía hacía el penúltimo evento antes de dormir, y ya son las 11 de la mañana del día siguiente. Vemos los gigantes y cabezudos, una cabalgata a pie para niños, pero también para mayores. Es la penúltima, digo. La última parece sencilla pero no lo es tanto: llegar, evitando tentaciones, a la cama, dulce cama. En tres horas suena la alarma. San Fermín debió prohibir eso de descansar mientras que se celebraban las fiestas en su honor…


Dentro de unos cuantos minutos más, mucho más.


En Pamplona, a 11 de julio de 2009.

martes, 21 de julio de 2009

San Fermines (3ª parte)

Y a las siete, una hora antes de que el primer chupinazo marque el inicio de las carreras de los cornúpetas, los valientes comienzan a tomar posiciones. Dos cordones policiales, uno en la cuesta de Santo Domingo, y otro tras la plaza del Ayuntamiento, aguardan al grupo de corredores. La entrada al recorrido debe hacerse única y exclusivamente por esas zonas habilitadas y antes de las 7.15 horas. A partir de ese momento, no hay marcha atrás. Solo hay un camino: como se suele decir, correr pa´ lante, lo más rápido y mejor que te enseñaran en el parvulario. Yo me apunté, claro está, pero lo hice al grupo de los “valientes”. Sí, sí, con comillas bien grandes.


Os explico el truco. El cordón más cercano a la plaza de toros lo abren instantes antes de que salgan los toros, y como estos no pueden hacer el encierro en menos de 1´45´´, que ya sería tiempo de récord, pues hay mucha posibilidad de llegar sano y salvo al coso, como finalmente pasa en la mayoría de ocasiones. Para que ocurra una situación de riesgo deberían darse alguna las siguientes posibilidades: que se formara un tapón en la puerta de acceso al ruedo, o que el astado saltara por encima de la barrera. Todo ha ocurrido, no es imposible, pero si poco probable.


Y el caso es, que de forma “valiente”, junto a Palma y a Marta, nos decidimos a correr. Sin estorbar a los que corren de verdad, a los que se juegan el tipo delante de las finas agujas que forman los cuernos. Sin entorpecer lo auténtico, la esencia de los San Fermines, el coqueteo con el riesgo, con la muerte, sin me apuran. Pero estando ahí, en el mismo sitio y a la misma hora, unos años más tarde, que cuando con no más de seis o siete años viera por primera vez el encierro.


La entrada triunfal en la plaza, que puede ser boicoteada por los miles de espectadores que la pueblan, y que al no estar nada de acuerdo con los “valientes” tiran objetos, a dar, por supuesto, a los mismos, es magnifica de todas formas. Primero los corredores, y acto seguido los bravos animales. La fiesta, el acabose, llega al éxtasis cuando los seis toros están encerrados. Suena entonces otro chupinazo, que ahora sí, anuncia que por hoy el encierro se ha acabado. Para los más hartibles todavía quedan cuatro vaquillas que sueltan para diversión del personal.


Les hablaba de la muerte, y no precisamente de forma metafórica. Este año, ha vuelto a visitar las fiestas, y un joven, de tan solo 27 años, se ha convertido en una víctima más en una lista, que después de ver en directo los excesos y peligros, se antoja incluso corta, 22 corredores fallecidos. Sea como fuere, y con todo el respeto del mundo para los familiares, es de conocimiento general, incluso con grados elevados al cubo de alcohol en sangre, que no era este caso, que los toros y sus afiladas armas, matan. Igual, claro está, que matan los coches, igual que mata una maceta que se cae de un décimo. La elección de correr es voluntaria. Si la jugada sale bien, la adrenalina se dispara al infinito; si por el contrario sale mal, ya saben lo que espera, un oscuro abismo que puede ser igualmente infinito.

En Pamplona, a 11 de julio de 2009.

sábado, 18 de julio de 2009

San Fermines (2ª parte)


El encierro, el de cada mañana, lo conocen hasta en las antípodas, pero del encierrillo se sabe poco. Un golpe de fortuna, que hizo al padre de Marta, nuestra anfitriona, encontrarse a un concejal de Pamplona, hizo que pudiéramos verlo en un sitio privilegiado. Yo reconozco, que al conocer la noticia, mi jolgorio interior no me dejaba pensar. Desde los corrales del Gas hasta el corral de Santo Domingo (desde donde salen los toros cada mañana hasta la plaza de toros) se corren a los seis toros que el día siguiente participarán en el encierro. Para ello, hay que esperar a que caiga la noche, el silencio se apodere de los pequeños grupos que se reunen en la cuesta de Santo domingo, y que el cuerno suene. Esa señal marca la apertura de las puertas del corral y el comienzo del traslado. Los toros, junto con los mansos, caminan rápidos y veloces, hasta la que será su último cobijo.


El momento, místico por momentos, y simbólico, por lo que para las fiestas supone el toro y el encierro, supuso un gran aperitivo para todo lo que llegaría detrás. Sin tiempo, medida que se cotiza a precio de oro esos días en la capital Navarra, fuimos a cenar a un restaurante que seguro no encuentren en las guías, pero que si tiene la oportunidad no debería dejar de visitar, me refiero a la casa de los padres de mi amiga Marta. Comida rica, caldos agradables y mejor compañía.


Nos saltamos los fuegos artificiales, que por esta noche vimos en la tele, pero a cambio salimos con toda la energía del mundo para conocer Pamplona la Nuit…en fiestas. Tal vez sea de lo más conocido, como los encierros, y eso sí, eso es como se imagina, o casi. Mucha gente, tanta como para colapsar calles enteras. Mucho alcohol, y muchas ganas de divertirse. Y casi cuando no te has dado cuenta, llega el epílogo de la historia. Las máquinas, prestas desde tres horas antes del encierro, se afanan, a pesar de borrachos y otras especies nocturnas, en dejar como una patena lo que será el recorrido del encierro. Con milimétrico planteamiento, tantos las fuerzas de seguridad, como médicos, basureros, carpinteros, etc. Montan una ciudad nueva dentro de otra. Si les digo esto pueden llamarme friki, pero una de las cosas que más puede llegar a sorprender a un visitantes en estas fiestas es, sin duda, la logística montada por el ayuntamiento y el gobierno foral. ¡Chapó!
En Pamplona, a 1o de julio de 2009.

viernes, 17 de julio de 2009

El blog de Un gaditano colchonero por el mundo en Punto Radio


El blog Un gaditano colchonero por el mundo (www.genteviajera.blogspot.com) estará hoy presente en La Radio de los Blogueros (http://blogs.abcdesevilla.es/laradiodelosblogueros/) , un programa de radio que se emite todos los viernes en Punto Radio Sevilla de 19.00 a 20.00 horas y que puede escucharse en cualquier lugar del mundo a través de su página: http://blogs.abcedesevilla.es/laradiodelosblogueros, o a través del 93.00 de la FM.


Eso será a las a partir de las 19 horas. A partir de las 22 horas, en la casa de Hermandad del Rocío del pueblo sevillano de Umbrete, el que suscribe este blog pronunciará una conferencia sobre La copla y los toreros. Tras la intervención, el maestro Ortega Cano, esposo que fue de Rocío Jurado, intervendrá y presentará un documental sobre la artista que se emitirá a continuación. Quedan todos invitados.

jueves, 16 de julio de 2009

San Fermines (1ª parte)



Cada mañana, desde hace ya unos añitos, el despertador suena diferente desde el 7 al 14 de julio. Suena con viveza, con valentía, con carreras. Antes de las ocho comienza la tradición, el rito. Santo Domingo, Ayuntamiento, Mercaderes, Estafeta, Telefónica y plaza de toros son las palabras de buenos días. Las dicta, según yo las quiero escuchar, Javier Solano, comentarista de TVE, nada de modernidades sin fundamento (llámese Cuatro). Tras ello, un desayuno. Todo se quedaba en eso, una continuación del sueño, una pesadilla algunas veces. Pero faltaba algo, lo esencial. ¿Qué es lo esencial?, preguntaran. Pues para mí está claro: vivir, vivirlo.


Por arte y gracia de una pamplonesa, mi amiga Marta, monitora también de la Ruta Quetzal 2008, estos sueños taurinos al alba se han hecho realidad, han cogido forma estos días. De su mano, y la de sus padres, grandes anfitriones que lo son, hemos descubierto una fiesta por descubrir, los San Fermines. No todo es lo que parece, ni lo que es, es como se imaginaba. Al final, todo es mejor.


Veníamos de Bilbao Marta, la pamplonica, Palma, María José y yo. Allí, en la estación de autobuses, nos encontramos con Ane. Más tarde, en casa de Marta, con Pacheco y Celia, y por la noche con Eva. Desde que pusimos los pies en territorio navarro, fue un no parar, créanme. Lo primero que hicimos fue dar una vuelta por la gran Pamplona, estos días tomadas por una población que llega a los cerca de los 3 millones de personas, y que multiplica a su población real de la ciudad, unas 200.000 personas. Lógicamente no pierde su encanto, pero la auténtica invasión de foráneos que recibe la hace ser “otra” ciudad abierta por fiestas.




Visitamos la Ciudadela, el gran pulmón verde pamplonica, el Casco Viejo, y para ir entrando en materia, hicimos el recorrido del encierro, sin toros, todavía. A las 21 horas, más o menos, cuando termina el festejo en el coso de la Misericordia, es la hora de las peñas. Auténticas protagonista de estas fiestas, niños, jóvenes y mayores van saliendo de forma “ordenada” de la plaza con sus cantando, bailando y transmitiendo alegría a litros, los mismos que minutos antes se han derramado unos a otros con ayuda de cubos cargados de tinto, o pistolas acuáticas con otro líquido elemento más sabroso en su interior. Para ellos, no hay duda, una buena ducha. Para nosotros, nos esperaba otra parte fundamental, aunque más desconocida de la Fiesta del Toro, el encierrillo.

En Pamplona, a 10 de julio de 2009.

miércoles, 8 de julio de 2009

A San Fermines

A partir del próximo martes os contaré en el blog todas las historias y aventuras que a partir de mañana viva en una de las fiestas más internacionales del planeta, los San Fermines. Pamplona nos espera, de día y de noche, con sus 24 horas y sus correspondientes minutos.
El valor, que por ahora va en la mochila, espero me sirva para poder correr, uno de mis deseos desde que levantaba dos palmos del suelo. Espero que los Miuras del domingo me dejen llegar sano y salvo y contaros todo, y un poquito más.

Año I después de la Ruta Quetzal


Hoy, ocho de julio de 2009, es el primer día de ruta para una nueva hornada de expedicionarios y monitores, y es, a la vez, el primer aniversario de los que el año pasado tuvimos la suerte de disfrutar de esta experiencia, la segunda para los que lo hicieron el anterior, y así sucesivamente hasta completar todas y cada unas de las ediciones de Ruta Quetzal, ese gran invento de Miguel de la Cuadra Salcedo.

He titulado este post con sonora intención: "Año I después de la Ruta Quetzal"; casi suena a divinidad esto de la Ruta, pensaran muchos. Tal vez no, ya que gracias a Dios, mira por donde, es terrenal desde el comienzo hasta el final. Pero sí que marca un antes y un después; antes de la Ruta (a.R.) y después de la Ruta (d.R.), una barrera imaginaria que marca una reflexión, una experiencia vital, una maduración, una superación.

Es ahora, con la llegada de estas fechas y del calor, el mismo que nos acompañó tantos días en nuestro periplo por Panamá, cuando los sentimientos más afloran, pero esa llama, que se encendió, creo, el día que todos nos despedimos en el campamento de Boadilla del Monte, no se ha apagado ningún día de el año que pasó y del que ahora vivimos.
Gracias a los que ya son, y mucha suerte a los que viene.

jueves, 2 de julio de 2009

Festival Internacional del Aire (Segura de la Sierra, Jaén)

Pie de foto: Una estatua de Jorge Manrique, natural de Segura,
delante de El Yelmo, montaña que da nombre al Festival.


Hace un un par de fines de semanas, los amigos del Festival Internacional del Aire El Yelmo, que este año cumple su décima edición, me invitaron como jurado, junto a una compañera de trabajo, Teresa, del Festival de cine aéreo que organizan dentro de este peculiar certamen. En total fueron más de treinta películas las que se presentaron a concurso, algunas regulares, otras normales, y unas cuantas con mucha calidad. Para mí, ajeno por aquel entonces, del maravilloso mundo de los deportes aéreos, la fascinación fue una constante durante los dos días de visionado. Junto a las maravillas audiovisuales grabadas a los mando de parapentes, ala deltas y paramotores, se unían en los fotogramas una fotografía exquisita de parajes idílicos. Esos mismo parajes de medio mundo, por cierto, nada tenían que envidiar a Segura de la Sierra, un pequeño pueblo jiennense enclavado en pleno corazón del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas. Pero lo mejor, como siempre, son las personas.




Y por eso, desde aquí van estas líneas de agradecimiento por el buen trato dispensado durante todo el fin de semana, y por los ágapes tan generosos que nos hicieron tirar por tierra la operación bikini. Pero, ¿quién le decía que no a una exquisita pierna de cordero lechal?




Si quieren ver un deporte distinto, en un paraje envidiable, con una buena gastronomía alrededor, y con gente muy "apañá", no duden en perderse desde hoy y hasta el 5 de julio al Festival Internacional del Aire (http://www.fiaelyelom.com/). Les dejo un texto de la organización, a ver si les convence. Ah, y cuidado, que los entendidos dicen que estos deportes enganchan...







"Este año el Festival del Aire de El Yelmo, cumple su décimo aniversario, diez años de trabajo, esfuerzo e ilusión por hacer el mejor evento deportivo de vuelo, ofreciendo cine, feria, deporte y distintas actividades lúdicas para todo el mundo. Diez años en los cuales ha habido un aprendizaje y evolución, aciertos y desaciertos que nos han llevado a tener la experiencia necesaria para la organización con éxito de un evento de estas dimensiones. Celebraremos el décimo aniversario por todo lo alto. Estamos trabajando intensamente para mejorar, manteniendo lo bueno de siempre -como es el cine o la feria- e imaginando y poniendo en marcha nuevas actividades, como la carrera de montaña.El festival surge en el año 1.999, de una primera iniciativa planteada por Marc Petiot, director del certamen hasta la VI edición, implicando desde sus inicios a la Asociación para el Desarrollo Rural de la Sierra de Segura. A partir de la novena edición y en este Décimo aniversario del FIA, la gestión directa recae sobre le Ayuntamiento de Segura de la Sierra, municipio donde se realiza desde su primera edición y donde está situado El Yelmo...

...Este año además contamos con un cartel de acrobacia y exhibición de primer nivel, SAT (los-- de casa), JustACRO(Hungria), Acrotwins (Hnos Green), Ramon Morillas, Mathieu Rouanet (Francia), Trio VOLEM-Acro, Dani Martínez, Juan Ventura (Salto Base), Manolo y Saray Chana (Salto Base), etc. Por supuesto pensamos en todos los públicos y horarios, y tenemos buenos conciertos, batucada, actividades infantiles, restaurantes, exposiciones, etc."




Todas las fotos, a excepción de los parapentes, que es del FIA El Yelmo, son de Teresa Conejo.

http://www.fiaelyelmo.com/2cine.html (fotos del jurado)

En Segura de la Sierra, a 21 de junio de 2009