lunes, 28 de marzo de 2011

Día 0: Billetes al sueño americano

De nuevo otro viaje. Uno más, pero otro diferente; único, irrepetible, inigualable. Como todos los demás… En esta ocasión buscamos el sueño americano, ese por el que millones de personas han ido a su encuentro; algunos para una estadía, otros para toda la vida. Lo nuestro será cosa de los días que tiene una semana. Partimos de Málaga, de ahí a Madrid y desde la capital a la antigua Nueva Ámsterdam. Airbus A-340, de nombre de pila Julio Romero de Torres (así lo han bautizado, como el pintor de La Musa gitana) es el que nos hará atravesar el Charco. Siete horas y pico de vuelo con los “veteranos” de Iberia, los azafatos y azafatas más experimentados en todo lo bueno y lo malo, son suficientes para llegar al Aeropuerto John F. Kennedy - JFK -, uno de los más grandes del mundo con nueve terminales. El metro y el Airtrain (7,5 $ en total) es la opción más barata pero se puede llegar a tardar más de dos horas a Manhattan. Una alternativa correcta en calidad / precio son los Shuttle o lo que es lo mismo, unas furgonetas que se usan como taxis compartidos y te llevan a la isla por no más de 20 $.

No hace falta haber estado antes en la Gran Manzana para sentir que realmente lo has vivido en otra vida. La memoria cinematográfica trabaja a destajo en NYC. En una de sus arterias, Union Square, nos reunimos con Pitu, un gran amigo de El Puerto de Santa María, de los míos, de los que hace mundo. Gracias a su talento y el reconocimiento de éste por parte de la Junta de Andalucía mediante las Becas Talentia, está cursando un master en dirección de cine en la prestigiosa New York Film Academy. Precisamente una fábrica de sueños grabados en celuloide será el comienzo de esta historia. Silencio, se rueda.
En Nueva York, a 21 de febrero de 2011.