martes, 15 de junio de 2010

Final de la Copa del Rey. Barcelona 2010. Triste pero alegre (2/2)

De los noventa minutos no les diré nada, ahí están las crónicas que firmarán periodistas más afines a uno u otro equipo, y lo que realmente cuenta para el Rey, o el Príncipe en su defecto, el resultado que es el que marca a quien hay que darle la copita. La experiencia fue bonita, pero solo mientras duró. Es decir, escasos minutos. El sufrimiento iba en aumento conforme se consumían los minutos y mi cabeza se imaginaba en las celebraciones del equipo rival para cubrirlo, como un profesional, en el medio para el que trabajo. La vida a veces es así de caprichosa…




Faltaba el viaje de vuelta, un auténtico suplicio que duró el mismo tiempo que a la ida pero no duró lo mismo. La eternidad se hizo carretera, la que une Barcelona con Sevilla. Llegué, sano, salvo y a las 11 horas del jueves 20 de mayo. El trabajo, las celebraciones y las declaraciones gloriosas me esperaban para montar los reportajes y piezas para el informativo. En esta ocasión la historia no la escribieron bien. Tocó sufrir. Me quedó, pues, con la experiencia.

Entre Barcelona y Sevilla, a 20 de mayo de 2010.

lunes, 14 de junio de 2010

Final de la Copa del Rey. Barcelona 2010. Triste pero alegre (1/2)

Después de la gran experiencia vivida y narrada en Hamburgo, y el fugaz paso por Bamber, volvemos de Alemania a España, y lo hago para seguir hablando de mi Atleti. Tras un no muy complicado paso por las eliminatorias previas, el equipo de las rayas rojas y blancas se coló en la final de la Copa de S.M. El Rey. El rival, el Sevilla F.C. Pensé, nada más conocer al rival que sería fácil, por mi trabajo en la televisión municipal de la capital hispalense, asistir trabajando a la cita. Pero se me olvidaba que la vida está llena de intereses y de sorpresas. Todo puede ser maravilloso o no. El caso es que en esta ocasión no lo fue, al menos no pretendía serlo. Pero los que me conocen ya lo saben, soy un cabezón. A una semana vista tenía que trabajar en el programa especial que se emitiría con motivo de la final. Dos días antes, ídem de lo mismo. A 24 horas de la final, la situación seguía igual; todo ello con una entrada en mi poder y un amigo con su coche esperándome. Terminé de apurar mis posibilidades, y mi señora jefa comprendió la grandeza de la cita, lo irrepetible de la misma, y mi sentimiento colchonero.


Eran las 22.30 horas cuando recibí el ok. A las 23.30 estaba montado en un coche con tres sevillanos colchoneros más camino de la ciudad Condal. Junto a nuestro coche Atlético nos acompañaba otro con la hinchada sevillista. Ellos eran siete. En fraternidad y armonía compartimos chistes, bromas, botellines de cerveza y mucha tortilla y filetes empanados. Las más de diez horas de camino había que hacerlas pasar más rápido que lo hace las manillas de un reloj en su normal discurrir en la esfera. La ganas por llegar y el buen ambiente en ruta hizo, milagrosamente, que todo saliera a pedir de boca y la pesadez no sucumbiera entre los viajantes. Era poco antes de las 12 del medio día cuando aparcamos junto al impresionante estadio.


El ambiente ya se dejaba ver por las calles barcelonesas y, sobre todo, por los aledaños del estadio. Al menos eso es lo que vimos en la primera parte de nuestra jornada lúdico deportiva. Aproveché en esos momentos para saludar a los compañeros destacados, y una vez hecho esto, nos marchamos a donde el soso color blanco de la hinchada sevillista se transformaba en alegría, algarabía y muchas cosas más con la mezcla del blanco con el rojo. Los Atléticos estábamos en la plaza de España. Más amplio y bonito que los aledaños del estadio. También peor situados.


Al igual que en los prolegómenos del partido de la final de la UEFA tenía buenas vibraciones, no eran las mismas en esta ocasión. Todos juntos ya, con las mismas bufandas y con las mismas camisetas, pusimos rumbo al metro, y de ahí al Camp Nou. A nosotros solo nos falla un pequeño detalle, teníamos las entradas en la zona del Sevilla. Había que arreglarlo. Allí se puso Ángel, el hermano de mi amigo Edu a hablar con todos los porteros. Después de quince intentos, nos dejaron pasar el primer cordón de acceso. Más tarde, cuando la hora apretaba y nuestra seguridad seguía más en vilo que nunca, fuimos a por varios Mossos de Escuadra. Ellos, prestos y atentos, arreglaron el encurto en seguida. Pudimos ver el partido con los nuestros.


En Barcelona, a 19 de mayo de 2010.

lunes, 7 de junio de 2010

Bamberg, perdidos en Baviera (por Carlos Yagüe)

Aprovechando que estamos por tierra germanas, tras la escapada a Hamburgo, mi amigo Carlos Yagüe nos deja una líneas sobre la ciudad alemana de Bamberg. Pronto, en julio, volveremos a recorrer un destino menos turístico de lo habitual, una ruta por Eslovenia y Croacia, y las crónicas de ambos regresarán a este blog de Un gaditano colchonero por el mundo. Os dejo con ello:


Bamberg es una ciudad situada al este de Alemania, en la región de Baviera, a poco más de 300 kilómetros de Praga.

Esta modesta urbe tiene más de once siglos de antigüedad, lo que seguro que ha contribuido a que haya sido nombrada Patrimonio de Humanidad por la UNESCO en el año 1993. Si el viajero acude a Bamberg no le llevará mucho tiempo conocerla, pues lo más interesante es su centro histórico, bien conservado y cuyas edificaciones no dejan duda al visitante de que se encuentra en Alemania. Los puentes son una clara seña de identidad de Bamberg, presentes e imprescindibles.

Las excelentes conexiones ferroviarias germanas permiten poder conocer otros lugares de interés de los alrededores de esta urbe, como por ejemplo Nuremberg, a aproximadamente una hora en tren, y la ciudad con aeropuerto más cercana si se quiere llegar a Bamberg.

En esta localidad chocan dos aspectos diametralmente opuestos, pero que en cierto sentido ayudan a la multiculturalidad y a la diversidad de esta ciudad alemana. Bamberg es un destino habitual para los estudiantes ERASMUS, que se concentran en buen número teniendo en cuenta las dimensiones de la localidad (unos 70.000 habitantes), y además, también alberga una base militar norteamericana. Contraposición curiosa esa de formación intelectual y concentración bélica.

Por una parte, los estudiantes, llegados de todas las partes del mundo pero con gran protagonismo de italianos y españoles le dan color a la noche de la ciudad, especialmente de los días entre semana, ya que los fines de semana suele bajar la actividad. Este decrecimiento puede deberse a que Bamberg también acoge a estudiantes de otros lugares de Alemania, que vuelven a casa en el fin de semana. En Europa, el personal se va de casa a los 18 años, algo que el español medio sólo hace a esa edad por fuerza mayor.

No es extraño pasear por Bamberg y ver a soldados ‘yankees’, a los que no les hace falta el uniforme para que se les reconozca: fornidos, desafiantes y claros exponentes del mestizaje de la gran América.

miércoles, 2 de junio de 2010

Enlace a www.gentedelpuerto.com


El amigo José María Morillo, en su trabajada y, ya afamada, página web Habitantes y gente de El Puerto de Santa María (http://www.gentedelpuerto.com/) ha tenido a bien escribir una pequeña biografía de mi persona. Estas líneas son para agradecerselo y para invitaros a leerla si os apetece.