viernes, 26 de diciembre de 2008

Nace Jesús, FELIZ NAVIDAD

Os dejo una noticia de la agencia EFE en Lima (Perú) publicada en http://www.elmundo.es/ Es mi particular felicitación para estas navidades, una noticia alegre, optimista y sobre todo con mucha vida. Así os deseo que sea vuestro 2009.

¿Mágicas casualidades? Un niño de nombre Jesús, cuya madre se llama Virgen María, y su padre que es carpintero, ha sido el primer nacido esta Nochebuena en Lima, según informó el Instituto Nacional Materno de la capital peruana.

El pequeño Jesús Emanuel, que vino al mundo por cesárea con buena salud, con un peso de 3,5 kilos y 49 centímetros de talla, es hijo de Virgen María Huarcaya, una joven de 20 años natural de la región andina de Huancavelica y Adolfo Huamaní, carpintero de profesión.

El nacimiento de Jesús Emanuel, de innegables connotaciones bíblicas, fue el primero de los partos registrados esta noche en Lima, apenas diez minutos pasada la media noche.
Según explicó Virgen María a los medios, el nacimiento de Jesús fue complicado, aunque al final no hubo problemas en el alumbramiento.

"Salió sanito, que era lo que yo quería. No sabía si era hombre o mujer, pero eso me daba igual. Ahora nada más quiero abrazarlo, que está lindo, pero me da miedo espachurrarlo", dijo la joven madre, residente en un asentamiento marginal de las afueras de Lima.

La madre explicó que su peculiar nombre le fue impuesto por su abuelo, devoto de la Virgen María, y que hasta el día de hoy no se sentía muy cómoda con él. "En el colegio se burlaban de mi nombre, era molesto", afirmó Virgen María en declaraciones a la televisión, antes de pedir al alcalde de Lima, Luís Castañeda, que haga de padrino del pequeño Jesús.
Asimismo, la madre también pidió trabajo para su esposo, de 24 años, y que sobrevive realizando trabajos eventuales como carpintero.

lunes, 22 de diciembre de 2008

DÍA 32: Fiesta gastronómica: hoy comemos paella




La tranquilidad sigue siendo la tónica dominante por segundo día consecutivo, y esto ya empieza a ser preocupante. Tras un despertar sereno y un buen desayuno, nos fuimos a hacer la actividad de la mañana, una muestra del agua en los ríos cercanos a la zona de acampada en Berlanga de Duero. De PH, dureza, turbidez y otras características del H2O iba la cosa, pero la sombra de los chopos, y el cansancio acumulado, haciendo muy difícil prestar atención a la charla. Carlos, el médico, fue testigo de lo que me costó aguantar con los ojos abiertos.

Al medio día, llegó la fiesta de la gastronomía a la plaza de Nuestra Señora del Mercado, patrona de la villa. Con lo de la fiesta me estoy refiriendo a la clásica y española paella dominical, con langostinos incluidos, preparados con cariño y esmero por Argui y sus equipo.



La tarde sería para disfrutarla a medida y gusto de cada cual. Mis chicos, comieron, visitaron el pueblo, y descansaron. Este servidor vio la etapa reina del Tour de Francia junto a Gea, monitor y grana amante del ciclismo, visitó el castillo y la colegiata, donde se guarda el lagarto que Fray Tomás de Berlanga trajo de Panamá, y volvió a comer.


A las siete estaba previsto el bautizo del hijo de uno de los titiriteros, y así se produjo, con más de 300 invitados ruteros. Una celebración especial, sin duda.

Yo y mi talón, convaleciente todavía de l caída de la litera en Arroyo de la Sierra, no podíamos más y nos fuimos a la tienda a descansar. Fue tan profundo el sueño que allí me quedé dormido hasta que Adri, uno de mis chicos, me despertó en mi profundo dormitar. Llegué una hora tarde a comer, y el castigo, merecido, fue servir la comida a los 350 chavales, cuerpo médico y monitores. Fue por obligación, pero me eché unas buenas risas entre platos y delantales.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

DÍA 31: Algo raro, un día tranquilo

En Berlanga de Duero (Soria) la vida está siendo muy relajada. Después de haber amanecido entre almenas y murallas, la expedición camina para colocar el campamento en este pequeño pueblo soriano en el que nació, hace más de quinientos años, Fray Tomás de Berlanga, el que fuera cuarto obispo de la ciudad de Panamá, descubridor de las Islas Galápagos, y unos de los primeros impulsores de la construcción de un paso interoceánico por Centroamérica.

La mañana se reparte en tareas propias del campamento, es decir, montaje de tiendas, duchas, etc. Después de lo básico, llega lo protocolario, las palabras de bienvenida de las autoridades locales. Fue en la plaza donde se encuentra un monumento a Fray Tomás de Berlanga, justo delante del castillo que engalana la zona más alta de la localidad. La conferencia sobre Fray Tomás, del que reconozco que leí bastante antes de que comenzara la Ruta, me la salté, aunque no fuera mi intención, absorbido por la conjunción de la esterilla, el calor y la hora de la siesta, ingredientes seguros para caer en las garras del sueño.




Del resto de la tarde dispusimos cada cual como nos apeteció en el Burgo de Osma. Aproveché el descanso para tomarme una coca cola fresquita en la plaza del pueblo, mientras veía pasar a la gente del pueblo y a los invitados a una boda que se celebraba en la iglesia contigua. Además de esta celebración, había mercado romano en el pueblo, y en eso gastaron muchos chicos sus ahorros, pero no fue mi caso. Yo empleé mi plata en un helado y en usar internet.




En esa red de redes recibí una grata noticia. Santiago Tejedor, coordinador y alma de Tahina Can, monitor de la Ruta Quetzal en la edición del 2004, y gran viajero, me ha invitado a la expedición de este año a Perú. Lima, Cuzco, Machu-Picchu…Demasiadas cosas bonitas…y mucho trabajo por hacer en Mediapro. Le debo días de vacaciones a mi jefe (entre mi escapada a primeros de año a Irlanda y la Ruta Quetzal), así que creo que será misión casi imposible. Pero hay que intentarlo…






Al final la cena, o recena, porque los expedicionarios ya se habían hartado de comida basura, y TeleRuta para cerrar; Y que no se me olvide, unas fotitos con varios chavales que iban ataviados con camisetas como las que a mí me gusta, a rayas rojas y blancas, en el pueblo natal de Jesús Gil Gil.


Antes de marchar al campamento, la noche se volvió surrealista. Al filo de la medianoche nos ofrecieron unos canapés deliciosos, que a falta de tiempo tuvimos que entregar los monitores reconvertidos en divertidos camareros. Minutos más tarde, varios chicos del pueblo quisieron tirarnos naranjas por un roce anterior con algún expedicionario. Nos pudimos ir, pero todo acabó con la guardia Civil por medio y los jefes de campamento intentando arreglar el entuerto y que la cosa no fuera a mayores. Si Paco Martínez Soria levantara cabeza, seguro que le hubiera gustado participar en esa “película”.

jueves, 11 de diciembre de 2008

A esquiar a Andorra

Este fin de semana me voy a Andorra, más concretamente a un preciosa zona que se llama Ordino, para esquiar con unos amigos, Edu y Adri. Ellos son mis amigos viajeros, y juntos, además de "tirarnos con esquís por la nieve", rememoraremos viejas batallitas.

A la vuelta, las fotos y vídeos con las caídas... Disfruten por el mundo.

DÍA 30: Para dormir, esta noche un castillo




El saco no quería hoy abrirse. Estaba calentito y a gusto a orillas de uno de los ríos más importantes de la península ibérica, el Duero. El que estaba dentro del saco tampoco quería ver la luz del sol directamente, prefería el filtro de la tienda de campaña. Como siempre, si no es el hambre, es el calor, o las ganas de ir al servicio, pero nos robamos unos minutos de juegos con el sueño muy agradables.




El gran grupo se dividió en dos en la mañana. Unos fueron a ver los Arribes del Duero, en la frontera entre España y Portugal, y el grueso de la expedición, nos quedamos en el campamento haciendo piragüismo y tiro con arco.






Por las aguas del río a orillas de Zamora nuestros botes comenzaron a zarpar río arriba. En mi kayac íbamos Jorge, el peruano, y yo. Al principio nos costó ponernos de acuerdo en eso de la rematada, pero al final, lo conseguimos, y no había quien nos ganara…salvo Jesús Luna. Llegamos a la meta que nos inventamos, y después de la actividad, un merecido descanso en el bote y bajo el sol. El resto del grupo fue llegando escalonadamente y chorreando en agua después de las batallas entre navíos y fragatas. Será bautizada como la Batalla del Duero. El parte de heridos se elevó a 200 personas con fuertes dolores en el estómago de tanto reír. Paella, pollo bien rico y siesta en el bus, camino de Burgo de Osma (Soria).




Al filo de las ocho de la tarde llegamos a este pueblo soriano, también conocido como Ciudad de Osma. Nadie podría pensar que un lugar tan recóndito de la larga y ancha Castilla, pudiese situarse un pueblo tan coqueto y bonito. Las calles empedradas, los soportales con solera y el patrimonio del pueblo, adornan nuestra visita. Disfrutamos mucho de su belleza y tranquilidad, pero lo que seguro que tampoco se nos olvidará a todos los miembros de la Ruta, serán las exquisitas migas que nos prepararon. Para chuparse los dedos.




Con fuerza y energía, cuando se acercó la medianoche, toda la tropa de la Quetzal, se dispuso a asaltar la fortaleza de Gormaz. Este antiguo castillo, el más grande de España, uno de los más grandes de Europa, fue residencia de Rodrigo Díaz de Viva, El Cid campeador, y Doña Jimena. El cid vivió entre estas almenas cuando era alcaide de Gormaz, el pueblo sobre el que se erigió, y que ahora ve una buena parte del mismo derruido.




Dicen los lugareños, que en los días claros se divisa el paisaje a varios kilómetros de distancia, y es que esa situación estratégica, en lo más alto del cerro, hacía de esta posición militar un lugar envidiable.

El asalto al castillo fue literal. Mochila a cuestas y montaña arriba, mientras sonaban los tambores de lo más alto de la fortaleza. Las ganas por llegar fue nuestro mejor aliado frente a la pendiente, y la luna llena, nuestra guía en el camino. Sin tizona, ni señora, pero como un señor, viví y dormí en este castillo el 19 de julio del año 2008, hubiera escrito a mi marcha.


En Gormaz, el 19 de julio de 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008

DÍA 29: Me llena de orgullo y satisfacción...

Suena el megáfono antes de lo habitual, un poco antes de la seis de la mañana. Las prisas hoy no pueden existir, hay que estar a tiempo en el Palacio Real, hoy es el gran día, el que muchos estamos esperando, la recepción de Sus Majestades los Reyes de España.

El acto protocolario empieza en el polideportivo de Boadilla del Monte (Madrid), con el ensayo de la reverencia y posterior saludo a los monarcas. Santi, uno de los médicos de la expedición, y Silvia, sub jefa de campamento, interpretan los papeles del Rey Don Juan Carlos I y la Reina Doña Sofía, respectivamente. Las chicas deben dar una mano, y hacer una genuflexión con la pierna contraria. Los hombres deben dar la mano, y hacer una reverencia con la cabeza.

Pie de foto: un momento del ensayo del pasamanos / un funcionario cansado en el Palacio Real / Foto de grupo / Un momento de los discursos / Foto de los Reyes con los monitores (las tres de Ángel Colina-Ruta Quetzal) / Zamora desde la playa de Los Pelambres.


La llegada al Palacio Real, situado en la capital de España, justo enfrente de la Catedral de la Almudena, se produce por la entrada principal. Posteriormente subimos las escalinatas de acceso a los salones, adornadas con alfombras y tapices de la Real Fábrica, y elaborados artesanalmente. Cada peldaño subido es uno menos hacía el Salón de las Columnas, el lugar de la recepción oficial a la ruta Quetzal.





Todos los chicos y miembros de la organización colocados, los periodistas en su lugar, y el resto de personas, descolocados. El sofocón es tremendo. Sube la temperatura, y los nervios comienzan a aflorar. Solo pasa cinco minutos sobre la hora prevista, las doce del medio día, y por la puerta situada a la izquierda de la habitación hacen entrada los reyes.





Los discursos son breves, claros y concisos. El rey parece más mayor en persona, y esa condición lo hace todavía más respetable si cabe, y a la vez más entrañable. La reina, sin embargo, cuida su edad con un elegante vestido, de un tono verde claro. Su acento se antoja erudito, mezcla de varias lenguas cultivadas por ella a lo largo de intensa formación.





Se acercan a algunos chavales, y el rey se sorprende cuando ve a Robin, el chico emberá, con taparrabos incluido. La reina nos pregunta a los monitores por los expedicionarios, por la fecha de finalización de la ruta, y ambos nos desean suerte en lo que resta de aventura. En esta ocasión, el protocolo ha marcado el acto, tan solo roto por la alegría de los chavales cantando la canción de la expedición, “Mozart en Ruta Quetzal”, en la estancia adyacente al Salón de la Columnas.




El gran momento, el del pasamanos, espero que quede inmortalizado en una foto que nos regalarán el último día (así fue). Mi idea es ponerla es ponerla en mi futuro, y deseable, despacho. Espero que así sea.




Por la tarde nos esperaba el otro lado de la Ruta, la del sagrado compromiso, cueste lo que cueste. Bocadillo en el autobús y corriendo un acto protocolario bajo el “Lorenzo” a las cinco de la tarde en el exterior del Archivo General de Simancas (Valladolid), y un poquito después, pero ya en un salón de actos del nuevo edificio de las Cortes de Castilla y León, en Valladolid, una presentación de un libro de la pasada edición de la Ruta Quetzal. Para compensar el atropello de horarios y tostón corporativo, la Junta de Castilla y León ofreció un refrigerio a los chicos. Alguno que otro termino el día, a pesar del pan y agua (o refresco, en su defecto), criticando lo criticable.
Después de nuestro paso por la capital vallisoletana, llegamos por fin a Zamora, nuestro lugar de acampada. Fue en la playa de Los Pelambres, a orillas del río Duero, frente a una hermosa postal de la ciudad castellana a la luz de la luna.

En Zamora, el 17 de julio de 2008.

domingo, 7 de diciembre de 2008

DíA 28: Real maratón cultural

Las tormentas y el agua no nos dejan en paz ni en España. La noche fue tranquila, pero los rayos, truenos y lluvia nos sobresaltaron y rememoraron otros tiempos peores, climatológicamente hablando, en Panamá.


Pie de foto: fotografía de grupo (13) delante del Palacio Real / En el Salón del trono haciendo de rey, y David, de reina / Almuerzo en la plaza de Oriente, junto a Honorio e Iñigo / Fiesta de disfraces / Celebración, días más tarde que el resto de españoles de la victoria de la selección en la Plaza de Colón junto a Pacheco y Javi.


A ritmo de maratón tocó pasar la mañana. Una hora y media para ver el museo del Prado, y el mismo tiempo para el Palacio Real. El primer punto cultural lo pasamos como buenamente pudimos en tan escaso margen de tiempo para tanto arte junto. La maja desnuda, El Jardín de las Delicias, Las Meninas, y alguna que otra obra maestra más, fue lo poco que nos alcanzó el tiempo a ver.


El Palacio Real ya fue otra cosa. Las instalaciones estaban preparadas para una recepción que dio la Casa Real a los príncipes de Arabia Saudita, y como tal, el palacio estaba convertido en eso, y no como un gran museo como se mantiene el resto del año. A esto hay que sumarle el detalle que cerraron el Palacio Real para la Ruta Quetzal Y para más gozo, le añadimos el conocimiento y forma de comunicar de Puri, nuestra guía. Nos hizo sentirnos reyes o príncipes, según gustos, sumergiéndonos en sus historias. La de Carlos IV y su pasión por lo relojes, o la de la Reina Sofía y su pasión por la música, entre otras muchas. Magnífico, sí señor. Y mañana otra de reyes y reinas, recepción oficial de Sus Majestades Don Juan Carlos I y Doña Sofía.




El almuerzo, con helado y sandía incluida, la hemos hecho en la plaza de Oriente. Y para después del ágape, tocó revivir la Guerra de Independencia dos cientos años más tarde en la Fundación del canal de Isabel II. Más tarde nos dio una recepción en la Secretaría General Iberoamericana su presidente, Enrique Iglesias. Antes de dormir en el campamento de Boadilla del Monte, fiesta de disfraces de la Unión 21 (el grupo 13 y el 8 de la monitora Gema) para celebrar el cumpleaños de Rubén (mi chico de Costa Rica) y de Carmen, del grupo 8. Fue improvisada y muy muy divertida. Gema de pseudos abeja maya, Eu de pelucho del anuncio del 11818, unos cuantos de Tarzán, etc., etc., etc.







En Madrid, el 16 de julio de 2008.

viernes, 5 de diciembre de 2008

DÍA 27: Una ilustre visita rutera a la democracia

En la Ruta, casi siempre, hay cambios de planes. Hoy también, nos vamos antes de Toledo. Algunas veces los cambios son a peor, pero en esta ocasión, parece que va a merecer la pena. Ponemos rumbo a la capital de España con destino al lugar por antonomasia de la democracia, el Congreso de los Diputados.


Tenía mucha ilusión en conocer y revivir, aunque solo fuera unos minutos, todo lo que han vivido políticos de distintas ideologías sentados en sus escaños decidiendo y marcando los designios de España.




Me tocó sentarme en el escaño de Federico Trillo, antiguo Ministro de Defensa del gobierno de José María Aznar por el grupo del Partido Popular. Como un niño con zapatos nuevos, toqué los botones de la votaciones: ahora voto sí, ahora no, otra vez, y por último, será que sí. También estuve investigando en el ordenador que tienen los diputados en su puesto, y observé con atención todos los detalles del hemiciclo. José Bono, presidente del mismo, y uno de mis “hombres de confianza” en política, hizo de gran anfitrión. Fue la guinda al pastel. Para terminar, una visita a los salones y un vistazo rápido a la Constitución Española.




La comida fue en el Jardín Botánico de Madrid, y la conferencia vespertina en la Iglesia de San Sebastián, una pequeña capilla situada en plena calle Atocha, que aunque pueda pasar desapercibida para los viandantes, sus peculiaridades son muchas. En su altar se bautizaron o se casaron decenas de ilustrados e intelectuales de la talla de Adolfo Gustavo Bécquer; en este templo, así mismo, también está enterrado el magnífico escritor Lope de Vega.




Después de la conferencia, un poco complicada por la hora, nos fuimos de excursión a la Chocolatería Valor, que amablemente, y tras pasar por la consiguiente y extensa cola, nos ofrecieron chocolate con churros. Un jolgorio en pleno centro de Madrid que hizo incluso que algún vecino poco amigo del jaleo, hiciera un intento de regarnos con un cubo de agua, pero no sabía que para nosotros el agua era ya parte de nuestras vidas ruteras.




Después de todo ello, volvimos al punto de origen, el campamento de Bodilla del Monte (Madrid). El ciclo va cerrándose, pero la familia aumenta (además de las europeos que comenzamos el viaje en el primer campamento de Boadilla, ahora se suman los americanos).

En Madrid, el 15 de julio de 2008.

lunes, 1 de diciembre de 2008

DÍA 26:Hoy no toca madrugar

Mi mañana comienza hoy a la una del mediodía, cuando el sol ya está a pleno rendimiento y las calles en orden. Casi en el infinito veía este momento que ahora revivo después de estar casi un mes ganándole en la carrera matutina al amanecer.


Me quedé sin ropa por mandarla a la lavandería del hotel, pero la necesidad siempre agudiza el ingenio, aunque este pueda parecer ridículo. Me pongo el bañador, el forro polar y las chanclas, los únicos ropajes que quedaban medio limpios, y me dispongo a visitar relajadamente algo de Toledo. El cuerpo quiere descanso y tampoco me convierto en un guiri, a pesar de vestir a su imagen y semejanza.


Sopa castellana calentita y carcamusa (un guiso de cerdo con un toque picante), es decir una típica comida manchega como homenaje. Señora siesta, de las que nunca se olvidan; pizza en el hotel a lo tele filme americano...y se acabó el sueño.


Marcaba las cero horas en el reloj del puesto de guardia de la Academia Militar de Toledo cuando el taxi me dejó en la puerta. La entrada en el pabellón, donde dormían los chicos, nunca la olvidaré. Fue como la mili, pero al revés, como si empezará por el final. Subí las escaleras, y aunque lógicamente nunca había estado allí, el sitio me pareció familiar. Allí estaban mis soldados, prestos a dormir tras el toque de diana. Pero cuando entró este capitán, se rompieron filas, y la disciplina se fue al traste, como cuando los familiares se despiden de sus hijos, hermanos y maridos que van a la guerra. Llegaron todos con abrazos y mucho cariño, y con una marca de guerra elaborada en el tiempo libre que tuvieron en la ciudad imperial: un tatuaje que ponía “Amor de JP”. Este capitán no cabía en sí mismo, y aguantó el tipo por eso del rango, no porque el corazón no le hubieran tocado.



Después de la emoción, los monitores tuvimos una mini celebración en uno de los comedores de la academia. Y acto seguido, la fiesta del sueño. Yo elegí una camareta tranquila con el que más sabía del ejército, el señor Juan Manuel Gea, pero anoche no dormí. Será que me estoy acostumbrando al suelo...




En Toledo, a 14 de julio de 2008