viernes, 29 de agosto de 2008

DÍA 8: La Ruta la cambió



Pie de foto: arriba Kioma Legal / Abajo, los niños en las calles de la ciudad de Colón, los ruteros por sus calles, y algunos de los locos de mi grupo, los perrunas, en una antigua batería de defensa de loa americanos antes de llegar a la Zona Libre de Colón, una de la más grandes del mundo (si mal no recuerdo la segunda en extensión). Las fotos son de la Ruta Quetzal (mi cámara perdió su batería).


"Kioma Legal (Fraternidad de la Divina Misericordia de los Sagrados Corazones de Jesús y María) Rutera 2005 Perú y 2006 Méjico, Guatemala y Belice". Lo escribí como una nota, pero de ésta haré hoy la bonita historia del día.
Kioma es el claro ejemplo del exponente de valores en el que se puede convertir la Ruta si uno sabe darle el uso correcto. Llegó a la Ruta de 2005 con la idea de empaparse de vivencias y aprendizajes, pasarlo bien y al finalizarla, comenzar la carrera de Arquitectura en Madrid. Todo cambió. El dinero, lo material, no tenía sentido en la vida que ella quería construir. Así que decidió ordenarse monja y ofrecer todo su tiempo a los demás. En estos momentos se encuentra destinada en la compleja ciudad de Colón, al norte de Panamá.
Cualquier tiempo pasado fue mejor en este lugar que tomó el nombre del descubridor de las Américas. Hoy gran parte de la ciudad está sumida en la profunda miseria y pobreza. Los niños, con las camisetas del Real Madrid o Barcelona, juegan a todo y a nada en una vida que le robó el destino desde su nacimiento. Su corazón y su inocencia están limpios. Sus tiernos cuerpecitos y sus ropajes están manchados por los estragos que marca vivir entre la calle y casas destruidas por la desidia de los que miran para otro sitio. Nadie quedó indiferente ante imágenes que nunca se ponen en las postales. Ojalá Kioma y muchas más personas lo puedan cambiar pronto.
Por cierto, España pasa a la final de la Eurocopa después de ganar a Rusia. No lo vemos, pero sufrimos en la distancia. Ya hemos hecho historia.

domingo, 24 de agosto de 2008

DÍA 7: La selva empieza por el Camino de Cruces


Pie de foto: algunos de los animalitos que nos encontramos en el Camino de Cruces, una tortuga y el monitor Juan y Una serpiente X pequeñita / La sorpresa fue el barco que nos llevó desde Cruces hasta Gamboa / La flor del paraíso y más vegetación / Tarzán de la selvan sin Chita.


Todos los panameños de la capital en su infancia van al zoológico Summit, donde hoy estamos acampados, de excursión al menos una vez al año. Hoy los más pequeños y los mayores de la Ruta estamos precisamente como niños antes de comience una de las grandes excursiones de fin de curso. Nerviosos y ansiosos porque comience. Llega el primer contacto con la selva.

Quetzales, águilas y jaguares, los tres grupos hechos por los monitores en función de la energía y fuerza de cada cual, comenzaron a volar y a caminar por el asfalto que nos conducía al inicio de nuestro destino, el pueblo de Cruces atravesando el camino del mismo nombre. ¿Y si nos perdemos?, ¿Cómo se puede estar en la selva por la noche?, preguntaban los chicos a los que la memoria cinematográfica les jugó una mala pasada en el comienzo del Camino de Plantación que más tarde entroncaría con el de Cruces. Sin duda, la serpiente mortal equis, nombrada así por la forma de esa letra que tiene a lo largo de su cuerpo, también sirvió para alimentar dudas en tímidos y recatados y acrecentar la adrenalina en aventureros varios.

Verdes en tonalidades infinitas, árboles, arbustos, flores de todos los gustos y colores, y animales chicos y medianos, y el sonido, solo eso por suerte, de los grandes. El hombre, el ser humano, es, sin duda, la mínima expresión entre tanta grandeza. Es la vuelta atrás en el tiempo en el que las personas era más animales que ahora. Salvaje sin normas lógicas que rompan con la naturaleza.

Poco antes de comenzar la estupenda comida en la selva empezamos a pisar cantos rodados y gastados por el transitar del paso del tiempo y de la personas. Era el Camino de Cruces, el mismo que pisaron españoles cargados de oro y piratas. El mismo que fue testigo de encarnizadas luchas por los preciados metales que llegaban desde Perú. Lo caminé en grupo, y solo, cuando me quedé diez minutos esperando al siguiente grupo. En ese momento de tranquilidad, solo rota por los sonidos de las alimañas, me dio tiempo a pararme a pensar donde estaba.

El esfuerzo de todos los chavales tuvo su recompensa. Llegamos al final del Camino, a Cruces. Y hubo sorpresa: un paseo en barca por el Chagres hasta alcanzar la otra orilla, la de la ciudad de Gamboa. Primera gran experiencia. Todos bajo el mismo calor y con los mismo argumentos. Todos bajo una misma bandera. Todos unidos y en la selva. Y yo, gracias a las pesquisas que hice al final del recorrido, limpito después de ducharme en la que ha sido la ducha más rápida (menos de 20 segundos), más oculta (escondiéndome de los niños que estaban a cinco metros), pero sin embargo más reconfortante de mi vida. Era un secreto..

miércoles, 20 de agosto de 2008

DÍA 6: Amor de águila



Pie de foto: Caminando por el parque zoológico Summit / Acampada bajo la lluvia en Summit / La famosa y enamorada águila harpía disecada / Este es el fruto del cacao..que rico está después cuando es chocolate

Al final por el rito español. Me refiero a como celebré la noche de San Juan. Cuando dio comienzo la noche más mágica del año, el equipo médico, Alfonso, María, Esperanza, Carlos y Santi, los monitores, Jesús Luna, y Andrea, de material, improvisamos una hoguera con algunos cartones a los pies del campamento. Escribimos nuestros deseos, el fuego los consumió y en forma de humo lo envió a una providencia divina desconocida hasta la época y de nombre fortuna. El rito puertorriqueño también lo intentamos pero el agua contaminada de la desembocadura del Canal no la hacía muy recomendable para el baño. Lo pospusimos para la próxima cita acuática de la Ruta.

El toque de diana ha sido a las cuatro de la mañana, un poco más temprano que de costumbre, cuando el campamento todavía era un sitio oscuro y casi peligroso por el barrizal en el que se había convertido. Los chicos y los monitores teníamos mucho trabajo por delante. Limpieza de tiendas, recogida de campamento, desayuno, ducha con los bomberos y puesta a punto.

Llegamos a primera hora de la mañana, en unos buses convencionales, nada de Diablos rojos, al parque zoológico Summit y la marea azul de tiendas de campaña invadió de repente el verde prado sobre el que nos instalamos. El guía nos contó una bonita historia nada más llegar. Una águila harpía, el ave nacional de Panamá, a los cuatro años de vida comenzó a hacer un nido con un macho que se convirtió en su pareja desde le primer día. Esta águila, como todas las harpías, ya no vuelven a cambiar de macho, se sella el amor eterno. Y en este caso, desgracias de la vida, el animal enviudó. Tal mal se quedó, sola y con plumas, que espero a que llegara su muerte en el nido de amor de la pareja. Lo dijo San Valentín y ellos le escucharon, amaros para siempre.
En Panamá a 24 de junio de 2008

martes, 19 de agosto de 2008

DÍA 5: Volando sobre tierra




Pie de foto: intento de apertura de la ventana de emergencia / el tocayo tirándose por el tobogán del avión / Con Eva y el gran Agus Pacheco, mis primeros compis de tienda, sobre la improvisada alfombra de hierbas / lodazal en el que se convirtió la Fundación Amador, primer lugar de acampada.

A las diarreas y vómitos esta noche se ha sumado la lluvia. El embarrado amanecer ha sido una piedrecilla más para que los chicos vayan viendo lo duro que es ser aventurero, aunque siempre, siempre, tenga una y mil recompensas. Hoy la ha tenido en forma de conocimiento y es que hemos visitado la Ciudad del Saber. un complejo internacional para la educación, la investigación y la innovación, organizado para promover y facilitar la sinergia entre universidades, centros de investigación científica, empresas de la nueva economía y organismos internacionales.El complejo está a cargo de la Fundación Ciudad del Saber, una organización privada sin fines de lucro creada en 1995 (http://www.cdspanama.org/). La única pega es que faltaban dos chicos del grupo, Luis, de Francia, y Julián, de Maracena, en Granada.
En la visita, en la que los perrunas nos hemos dividido, a mi me ha tocado conocer por dentro el centro de instrucción de los trabajadores de la compañía panameña de aviación COPA. José, mi tocayo y guía de la visita, nos ha enseñado a hacer cosas tan prácticas como improbables de hacer (esperemos) como abrir una ventana de emergencia de un avión o saltar por el tobogán en caso de accidente.

Cinco minutos más tarde mi cuerpo ha dicho basta y se ha plantado. Me ha subido un poco la fiebre, la diarrea a ido a más y silueta era la misma que una veleta dando tumbos de norte a sur. Ha sido, lo reconozco, mi primer bajón de la Ruta. El suero oral y, sobre todo, el cariño y apoyo de mis chicos, me han levantado de este bache.
Estoy recuperado y deseando celebrar la noche de San Juan, un año más lejos de los míos y de mi playita. Lo único que no se todavía es como lo voy a celebrar, es decir, por el rito español, saltando una hoguera, o por el rito puertorriqueño que me ha enseñado mi amigo Omar, o lo que es lo mismo, tirándose tres veces de espalda al agua para tener buena suerte en el año. A la media noche decidiré mi destino para el resto del año. Lo único que espero es tener alguno de los elementos básicos, agua o fuego, cerquita. Sino a ver que hacemos..

jueves, 14 de agosto de 2008

DÍA 4: Los primeros estrágos del Trópico




Pie de foto: monitores y amigos, Agus, un servidor, Marta e Irene / Con las panameñas en el Palacio Simón Bolívar / Vistas desde el Palacio..me recordaba a La Caleta (Cádiz) / En el Museo del Canal Interoceánico / El cansancio hace mella / Los cuartos de final de la Eurocopa contra Italia.


El cuarto día fue el primero. Me explico, todavía el Trópico no me ha vuelto tan loco. Los estragos de vivir en campaña comienza a cobrarse las primeras víctimas. En mi grupo, de 21 chavales, han caído 7. Mateo, un colombiano de Medellín, fue el primero y el que peor lo pasó con vómitos y diarrea. El resto, incluido el monitor, convirtió el camino a los wc (químicos y sin lujos) en una auténtica carretera de costa en pleno mes de agosto. La tarde ha sido dura, pero a la paciencia se le ha unido el trabajo y el esfuerzo de los médicos, Alfonso, Santi y Carlos, y las enfermeras, María y Esperanza. Yo, he tenido que sacar fuerza donde ya no quedaba y echarles una mano a ellos antes de mirarme a mí. He sentido, en parte, lo que es ser padre. Y si no es eso creo que se le parece.
Hoy el programa académico casi no importaba, pero lo apunto para que conste: actos protocolarios, visita a la plaza Simón Bolívar y al Palacio del mismo nombre y por último visita al Museo del Canal Interoceánico.
En el apartado emocional, estoy bien. Sobre todo después de recibir un e-mail de María José, mi novia, y haber podido hablar con ella y con mis padres. Son cosas que dan vida..y que son más efectivas que el suero oral (único alimento posible cuando se padece diarrea) que ya empieza a cotizarse caro en la Ruta.También, supongo, valió de algo que España pasara a las semifinales de la Eurocopa. Vimos casi todo en un centro cultural, pero antes del final tuvimos que marcharnos a una charla. Yo me escapé para ver los penales, como dicen ellos, y pude disfrutar de la victoria ante Italia...que disfrute el doble: por pasar a semifinales y por devolverle la moneda (y el codazo del Mundial de Estados Unidos) a Italia. Ya se sabe que la venganza es un plato que se sirve bien frío.

lunes, 11 de agosto de 2008

DÍA 3: Los míticos diablos rojos




Pie de foto: una imagen del diablo rojo de Raúl / todos los perrunas en el interior del bus cuando todavía tenían caras de niños (cuanto han crecido) / foto con Raúl, el chófer / Con una mascota, un cocodrilo / y mi amigo Juancho antes de la hora de comer

Aerobic para desperezarse y ducha fría para despertarse. Después comienza el viaje

en los míticos diablos rojos, los autobuses más cañeros de la ciudad. Una experiencia única y que solo puede vivirse en Panama city. Raúl es nuestro chófer, con más de 20 años de experiencias


detrás del volante. Es arte y desparpajo, y encima es panameño. Tiene la licencia de dos líneas de buses en la capital y ostenta el tercer premio en potencia de sonido entre todas las guaguas de la ciudad. Es decir, es el tercer ómnibus que más suena, así que imagínense los viajes de ida y vuelta con el cansino regeton.

Su pasión por su autocar, como si fuera uno más de su familia, hace que a éste no le falte de . Luces y espejos con forma de corazón, guantera de piel, pintura exterior e interior, y dos grandes amplificadores, escondidos, por si lo pilla la policía panameña. El turismo y las líneas de Tumba Muerto y Torrijos Carter son su trabajo. Su objetivo y dedicación, que todo el mundo se lo pase bien en su país, al que ama igual que a su objeto predilecto. Lo dice con su corazón y lo refrenda con sus gestos. Por cierto, y antes de cambiar de tema.

Más tarde, cuando el Lorenzo no daba tregua, hemos estado en un criadero de cocodrilos. Hemos asistido al acto de despiece de uno de estos bonitos y casi inofensivos animales por parte de Miguel de la Cuadra tal y como lo hacía muchos años atrás en la selva del Amazonas. Como él, también lo hemos probado crudo.

De vuelta a casa, al campamento de la Fundación Amador, con Raúl al volante y Coral, ex rutera del 2002 y miembro del grupo de apoyo panameño a la Ruta de esta edición, como magnífica anfitriona, nos han enseñado la ciudad. En bus, eso sí.

Y como hoy el día va sobre ruedas, acabó encima de un bus, como no podía ser de otra manera. En este caso en una chiva parranderas, un autocar que se convierte en discoteca con servicio de bar incluido, ya sea en un sitio fijo o en movimiento, por el módico precio de unos 200 dolares. Los monitores valientes bailamos un rato (bailes de Andrea, Agus Pachecho, Luis, Celia, etc.) al ritmo de las chivas. Fue breve, pero intenso..el baile me refiero.

jueves, 7 de agosto de 2008

Día 1: Llegamos a Panamá




Pie de foto: la espera en el aeropuerto Madrid-Barajas / Primera imagen de la Ciudad de Panamá desde los buses / Campamento a orillas del Canal de Panamá / Foto del grupo 13 completa en la primera mañana en nuestro país hermano, Panamá.

El amanecer de la Ruta comienza a ser diferente del resto del mundo. Para nosotros, los que formamos parte de esta expedición, el día arranca a las cuatro de la mañana, cambiando vilmente.



Los primeros rayos de sol por la luz de las linternas. Hay que aprovechar las 24 horas que componen un día universal entre España y Panamá. Ducha fría en un minuto, desayuno de campaña y con la música a otra parte. Empieza la Ruta, y con ella las relaciones humanas. La mía con mis chicos (faltaban los hermanos latinoamericanos), los del 13, el 12+1 o un nuevo nombre que votaremos, va viento en popa a toda vela a muchos nudos de velocidad y con toda la tripulación descolocada en el espacio y en el tiempo, pero bien cargados de buenas intenciones.

El "cacharro" con alas que nos llevará al sueño panameño despega a las 12.30 horas. No hay vientos, aunque si tempestades, como en el cuarto viaje de Cristóbal Colón en el que descubrió el istmo de Panamá, pero en este caso van por filas según marcan las azafatas y la paciencia en la facturación y embarque. Las catorce horas que durará el viaje son relativas. ¿Qué son catorce horas en la vida de una persona? ¿Qué supone un pequeño sacrificio para conseguir una gran recompensa? Yo, en mis horas particulares, ya he decidido que no es nada, y para que el tiempo sea de provecho, con estas líneas comienza el Diario de abordo de un monitor de la Ruta Quetzal en Panamá. La historia, la nuestra, acaba de empezar. Esta noche, además, con más personajes: los que faltan para completar la gran familia, los latinoamericanos.

La llegada a la Ciudad de Panamá no puede ser mejor. Día radiante, no mucha calor, aunque si humedad, y ausencia absoluta de lluvia. Los dos polos opuestos, la pobreza y la riqueza, se rozan en la capital pero no quieren ni mirarse. Grandes rascacielos, centros comerciales, ¿estamos en Nueva York? Barrios marginados, tiendas humildes, carros recatados, ¿estamos en el Tercer mundo?. No, no, estamos en la Ciudad de Panamá.

Los diablos rojos, los buses de la ciudad, nos acompañan en el caótico tráfico hasta nuestro primer campamento, la orilla donde desemboca el Canal de Panamá, la Fundación Amador. El trajín en el campamento es enorme. Carreras, prisas, y las primeras debilidades. En el Canal tampoco se detiene la velocidad del capitalismo. Contenedores, riqueza y mucho negocio. La noche cae, y con la llegada de los latinoamericanos los monitores también.

Madrid, Ciudad de Panamá a 19 de junio

DÍA 0: Comienza la aventura


Pie de foto: despedida en la estación de trenes de El Puerto de Santa María (Cádiz) la noche anterior a la llegada al aeropuerto de Madrid -Barajas para recoger a los expedicionarios de Europa y el resto del mundo.

Cocodrilos, serpientes, mariposas..en la mente y en el estómago. La Ruta Quetzal 2008 está a punto de comenzar. Antes queda una larga espera en el aeropuerto Madrid-Barajas. Llega la irlandesa, después el italiano, más tarde los dos portugueses, Holanda, Francia, y así hasta completar buena parte del puzzle del mundo que se terminó con la de llegada de Pepe, el expedicionario chino que el fue el último en llegar. Las mochilas cargadas de todo lo básico, y más, alegría e ilusión. Pero sobre todo repleta de huecos libres para cargarlas de experiencias. Hola, hello, o tal vez ciao, mezclan al principio los expedicionarios. Pronto, muy pronto, hablarán el idioma universal (no piensen mal) de la amistad sincera que a buen seguro le deparará un futuro muy cercano repleto de grandezas y miserias, aventuras y desventuras, de pasión en estado puro.
En Madrid a 18 de junio de 2008
* Con estas líneas comienza el Diario de la Ruta Quetzal que durante cuarenta días transcribiré en este blog.