Uno de
los placeres de un viaje a Tailandia pasa, obligatoriamente, por la comida. Los
tailandeses disfrutan con su rica y heterodoxa gastronomía, suma de culturas.
Después de probarlo en sus miles de puestos callejeros y restaurantes,
queríamos tener el placer de ser nosotros los que nos pusiéramos delante del
wok y los fogones. Esta actividad, bastante extendida en el país, puede
repetirse en cualquier escuela de cocina de las muchas que se reparten en las
principales ciudades turísticas.
Acertamos
con una de las propuestas que hacía la Loonly Planet, la escuela Baan Tai (700
bath ½ día – 900 bath 1 día completo). Primero una visita guiada, muy acertada,
al mercado. Después explicación del proceso y los ingredientes y a cocinar.
María José y yo nos separamos con la idea de hacer platos diferentes y a la vuelta
poder deleitar a nuestros invitados con más exquisiteces tailandesas. La prueba
salió más que victoriosa y además de poder comernos nuestros propios platos
(Pha tai -os dejo un enlace a la receta en vídeo, sopa de coco con gambas, rollitos de primavera, curry, arroz en
alguna de sus muchas variantes…), podemos decir orgulloso que estaban ricos.
Casi
sin hacer la digestión pusimos rumbo al sur. Empezaba así un nuevo viaje, a las
islas. Hay varias formas de llegar desde el norte hasta el sur: tren a Bangkok
y después a las islas (14 horas + 10 horas), bus (más horas todavía) o avión.
Lógicamente volar a Phuket en verano es una opción cara pero existen
alternativas (casi siempre con Air Asia, la compañía de bajo coste asiático),
llegar a Hat yai, un importante nudo de comunicaciones, con un aeropuerto que
está a 3 horas de Krabi, un buen lugar para empezar a conocer las playas que
dan al Mar de Andamán. En esta ciudad insípida, Hat Yai, se suma que en 2005
explotaron tres bombas a manos movimientos insurgentes musulmanes del sur de
Tailandia, pero ninguno de los dos factores debería parar al viajero si con
ello se ahorra un importante dinero.
En Hat
Yai a 10 de julio de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario