Una guía que se llama como mi hermana, Elisa, nos enseñó la torre de la iglesia de y el resto de ruinas, que con un poco de imaginación servían para recrear mentalmente la vida hace más de 400 años. Después vimos un museo sobre la vida en la antigua urbe, la historia y las tropelías de los malvados piratas Morgan y Drake, y los usos y costumbres de sus habitantes.
Comimos una comida nada típica pero muy del gusto de los chavales: hamburguesa, patatas fritas con ketchup y coca cola. Más tarde, antes de que cayera la última tormenta sobre nuestras cabelleras, preparamos todo para el largo viaje. Salimos a las tres de la tarde de la Beneficencia, y ya nunca más paramos hasta las ocho de la tarde del día siguiente cuando llegamos a Cuenca (29 horas, ni más ni menos).
2 comentarios:
El último día en Panamá se lo dedicamos a la primitiva y originaria ciudad fundada por Pedro Arias, Pedrarias, en 1519. Me refiero a Panamá La Vieja. https://consejoscomunales.net/cultura-lima/
a comida nada típica pero muy del gusto de los chavales: hamburguesa, patatas fritas con ketchup y coca cola. Más tarde, antes de que cayera la última tormenta sobre nuestras cabelleras, preparamos todo para el largo viaje. Salimos a las tres de la tarde de la Beneficencia, y ya nunca más paramos hasta las ocho de la tarde del día https://vikingpressagency.com/por-que-el-marketing-digital-es-importante-para-mi-empresa/
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