jueves, 4 de septiembre de 2008

DÍA 9: ¡Adelante piratas!



Pie de foto: junto a Miguel de la Cuadra Salcedo en el campamento en una de mis fotos preferidas / Imagen general del fuerte de San Lorenzo del Chagres /Clase de esgrima / Jesús, el técnico de Hispasat, que nos comunicaba con el mundo y nos puso la final de la Eurocopa. De Cádiz tenía que ser. (Fotos: A. Colina-RutaQuetzal-)

Cuatro pasos hacía el sur Río Chagres y Océano Atlántico se dan la mano. Cuatro más hacía estribor fuerte oleaje y sabor a mar. Estamos en el Fuerte de San Lorenzo de Chagres, defensa que fue frente a las invasiones piratas en la época colonial, base militar de los norteamericanos, que también fue, y ahora patrimonio natural y cultural para los panameños y el mundo entero. Un sitio, sin duda, con un magia especial.
La primera noche nos sorprendió a traición un fuerte aguacero y la planeada noche de estrellas se diluyó como el agua que caía del cielo. Pero nos desquitamos esta noche. Tumbado en uno de los flancos del fuerte que dan al mar me perdí entre estrellas con la música de las olas de fondo. Necesitaba este momento. Necesita ese olor y ese sabor marinero. Fue un momento de evasión, de los pocos, en un día complicado.
La mañana comenzó revuelta y se cobró el primer expulsado de la Ruta 2008, y esperemos que el último. Un chaval guatemalteco del grupo 12 de mi amigo Luis Briones, muy confundido con los avatares de sus edad había conseguido en una semana un botín (al más puro estilo pirata) mil dolares, mil euros, mp3, cámaras y otros objetos de valor. Por la noche también hubo lío. Los bomberos panameños dejaron a la mitad de los expedicionarios con el jabón encima ya que se les acabó el agua en el agua y en el intento de rellenarlo, nunca volvieron. Yo tuve más suerte y me escapé a una pequeña poza con agua muy fresca donde un grupo de monitores nos dimos un buen chapuzón. ¡Esto es vida!, como diría el comandante Puleio.
Un taller de supervivencia impartido por Luis Puleio fue mi primer taller del día, diferente del de mis chicos, a los que le tocó volleyball. Por la tarde a ellos le tocó un recorrido ecológico por el entorno del fuerte, en donde me contaron que vieron un cocodrilo muerto y decenas de aves diferentes, y a mí una clase de esgrima. Lo mejor de esta lección fue coger la espada, una rama de árbol improvisada, e imaginarme guerrero de San Lorenzo del Chagres, defensor de la Corona español. Fue un sueño que se unió a todos los que tuve esa velada junto al mar que tanto inspira. Buenas noches y que descansen.
En San Lorenzo del Chagres a 27 de junio de 2008

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