viernes, 12 de septiembre de 2008

DÍA 11: ¡España, España!






Pie de foto: los españoles celebramos la victoria, la alemana sufre la derrota. Es la cara y la cruz del fútbol / Una imagen de Nombre de Dios / Una niña juega en la puerta de una tienda con su muñeca / Zona de acampada a orillas del Caribe, en Nombre de Dios (Fotos: Ruta Quetzal, arriba y José Pablo García).


De Portobelo a Nombre de Dios, el pequeño asentamiento que fue fundado en 1510 por Diego de Nicuesa, convirtiéndose en unos de los primeros asentamientos europeos en el Istmo de Panamá. Solo un millar de personas, un par de refresquerías, una comisaría, un cementerio, varias tiendas y un colegio, el José Isabel Herrera.


En ese lugar, la escuela del pueblo, que más tarde nos serviría de refugio improvisado, fuimos recibidos por los más pequeños de lugar con aplausos y alegría. A cambio, dentro del protocolo de la campaña Un regalo, una ilusión, de Radio Nacional de España, le dimos una muñeca o un camión de los de las obras a cada uno de ellos. Para hacerlos feliz un rato está bien. Para limpiar conciencias también. Para todo lo demás, lo auténticamente necesario, no vale para mucho. Por desgracia.


Frente al colegio, humilde y repleta de chavalería, improvisamos nuestro rincón para disfrutar de la gran final de la Eurocopa entre La Roja, España, y Alemania. Un aula pequeña con pizarras a los lados y pupitres dispersos de forma anárquica por el movimiento de la multitud allí presente, fue el lugar elegido para animar a los hombres de Luis. La inmensa mayoría llegamos justo para ver el gol de Fernando Torre y la alegría se desbordó al instante. Jesús, el de Hispasat, también saltaba de emoción, pero con más cuidado, ya que de él dependía nuestra conexión con la empatía de nuestros compatriotas. Ganamos, y la historia deportiva en España escribió una página que se recordará durante mucho tiempo.


No pude verlo con coca-cola y panchitos, Ni en un sofá, sino en el suelo. No pudimos celebrarlo en algunas de las plazas de nuestras ciudad. Tocó un baño en el Caribe. Pero la experiencia valió la pena, y esa historia si que me la guardo para contársela a mis nietos. Hasta los mosquitos se quisieron apuntar a la fiesta..pero para ellos hubo mucho humo de la hoguera. No estaban invitados, y por el tamaño..diría que eran alemanes mosqueados.


En Nombre de Dios a 29 de junio de 2008

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