viernes, 5 de septiembre de 2008

DíA 10: Del amargo cacao al dulce Portobelo


Pie de foto: Imagen del Cristo Negro de Portobelo / Fotografía de una de las escolleras que defendía a la ciudad / Un momento en la fábrica de cacao con las mujeres kunas sirviéndonos amablemente cacao puro y azúcar (Fotos: Internet y Ruta Quetzal).


Jesús Nazareno está en todas partes. En mi casa, en El Puerto de Santa María (Cádiz, España), y allá donde vayas. Hoy lo he encontrado en un pueblo recóndito de Panamá llamado Portobelo. Así lo llamó Cristóbal Colón cuando llegó a su bahía por la belleza del paisaje que tenía frente a sus ojos. Lo llaman Cristo Negro, por el color de su piel quemada por las brasas de un incendio que acaeció años atrás, y cuenta con miles de devotos que cada 21 de octubre se acercan en peregrinación a la pequeña iglesia donde se le da culto, una pequeña ermita con paredes encaladas a orillas del Atlántico.
Desde muy cerquita, desde las escolleras, se divisa un paisaje sobrecogedor, máxime cuando se sueña despierto con la época colonial y se imagina uno una batalla encarnizada contra filibusteros y piratas a las órdenes del malo malísimo de Francis Drake, pirata de estos mares y pesadilla de la Corona española, que yace en un ataúd de plomo bajo las mismas aguas y las mismas estrellas sobre las que ayer por la noche recreábamos estos pasajes que escribía Lope de Vega en La Dragontea.
Antes, por la mañana, visitamos una fábrica de transformación de cacao propiedad de una familia española, y probamos, de manos de mujeres kunas, cacao puro molido con azúcar para contrarrestar el sabor amargo, pero rico e intenso.
Todos estábamos muy cansados en Portobelo a pesar de haber tenido tiempo libre por primera vez (Internet, llamada a ´familiares y amigos, compra de productos varios, adquisiciones de regalos y recuerdos y búsqueda de las cositas raras que me gustan a mi, dícese de un billete de lotería nacional o varias monedas de Balboas, conviven con el dolar como moneda nacional, en curso legal). Los niños se pusieron muy contentos, y arrasaron, como si de tiempo de guerra se tratara, con el género en la ciudad. Los monitores también nos pusimos contento. Un pequeño respiro. Pero a la vuelta a la Aduana de Portobelo, el magnífico rincón donde íbamos a dormir, la tensión se apoderó de todos.
Más de 350 chavales tenían que dormir en un precioso, pero reducido espacio. Saltaron las chispas. Se habló con Luna, el jefe de campamento, se hizo terapia de grupo entre los monitores, y se terminó el tema como debe ser, con una cerveza nacional, la Gamboa (por la tarde me tomé una Panamá que me gustó más) en la plaza mayor de Portobelo. Mientras la vida nocturna continuaba para los habitantes de este pueblecito. Unos bailando, otros charlando a la fresquita y otros jugando al fútbol. Pero todos con el ritmo tranquilo y sosegado que marca el Caribe, y sobre todo, con una sonrisa en su cara.
En Portobelo a 28 de junio de 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Jose Pablo. Soy Ander Gil, monitor de la Ruta Quetzal en el año 2000 del grupo 13. Además, fui uno de los "monitores" durante las pruebas de selección que pasasteis en la sierra madrileña este año. Solo queria saludarte, darte la enhorabuena por haber sido seleccionado y felicitarte por tu blog. Lo enlazaré del mio. La ventura de este año se ve que ha sido intensa. www.andergil.blogspot.com
Saludos Quetzales

JOSÉ PABLO GARCÍA dijo...

Muy buenas Ander. Ya se quién eres!!Uno de los que parecía malos en el finde, solo en el finde,jeje. Vaya tela lo serio que os poneís, aunq es comprensible. Pues la verdad es q la aventura ha sido bastante dura, pero creo q eso ha hecho q tardemos más en olvidarla. Yo ahora bichearé por tu blog y se lo consigo, cosa q dudo conociemiento mis limitaciones en el campo de la informática, intentaré ponerle un enlace.

Un abrazoo