domingo, 11 de enero de 2009

Día 35: Cumpleaños feliz


“Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz”. Fue la canción que al alba me despertó de un corto, pero reparador sueño. Eran mis chicos dándome la felicitación en forma de canción alrededor de la tienda. El sueño, ni el frío, importó para salir inmediatamente a darles el fuerte abrazo que se merecían por haberme levantado con una gran sonrisa y una vitalidad especial.

Pero no acabaron ahí las emociones en un día que difícilmente olvidaré, y que de forma repetida, seguro contaré a conocidos y extraños, como batalla emocional de guerra. Por la tarde, en la Academia Militar de Zaragoza, lugar de instrucción que fue de Juan Carlos I y el príncipe Felipe, siguieron las sorpresas. La reconfortante ducha caliente, colchón, luz y espejo de la habitación individual que todos teníamos, se quedaron pequeños tras la alegría que estaba por llegar.

Bajo las escaleras del pabellón militar donde dormíamos, me esperaban los 21 campeones de mi grupo para cantarme una canción especialmente compuesta. No fue el único regalo, pero si el más emotivo. Después cuando tocó cenar, la fiesta continuó. Tocó el turno de un multitudinario cumpleaños feliz cantado por los 350 ruteros, médicos, equipo de materia, monitores e incluso las cocineras “militares”. Casi se me atragantan las albóndigas.

Pero no crean con la última bolita de carne se acabaron las sorpresas. En el postre llegó la tarta, que después me enteré que fue una auténtica odisea la que organizaron los chicos para conseguirla, y los regalos: una bocina con forma de cuerno para despertarme por las mañanas, una pulsera y un collar. Nos comimos todos juntos la tarta, la mejor que me ha sabido, sin dudas. Gracias es único que pude decir, pero me salió del corazón.
Y el agradecimiento no es solo para los chicos, sino también para los demás ruteros y los monis, que me prepararon un ágape y otras dos tartas más, con las celebramos todos juntos los cumpleaños atrasados. Me sentí durante todo el día un gran privilegiado…

En Zaragoza a 23 de julio de 2008

2 comentarios:

Lince, viajero de culo inquieto dijo...

Killo no me lo puedo creer...
yo también cumplí años en la ruta... el 23 de julio!!!

Me he sentido tan reflejado en lo que cuentas, me pasó prácticamente lo mismo! También me despertaron mis niños con la canción alrededor de la tienda. Fue un día increíble.

Qué casualidad, un abrazo y ya nos contamos
Felirrintxi

JOSÉ PABLO GARCÍA dijo...

Jaja, no sabía yo que teníamos tantas cosas en comun. Sabía que eran muchas, pero no tantas. Pues, así fue, y aunque también creía que era algo muy dificil de que cualquier lector entendiera, veo que nada es imposible. Cuidate mucho por los madriles que el frío de allí no se parece mucho al de Sevilla y como te quedes con el pechicho al descubierto, vas a cojer una pulmonía!!