domingo, 24 de agosto de 2008

DÍA 7: La selva empieza por el Camino de Cruces


Pie de foto: algunos de los animalitos que nos encontramos en el Camino de Cruces, una tortuga y el monitor Juan y Una serpiente X pequeñita / La sorpresa fue el barco que nos llevó desde Cruces hasta Gamboa / La flor del paraíso y más vegetación / Tarzán de la selvan sin Chita.


Todos los panameños de la capital en su infancia van al zoológico Summit, donde hoy estamos acampados, de excursión al menos una vez al año. Hoy los más pequeños y los mayores de la Ruta estamos precisamente como niños antes de comience una de las grandes excursiones de fin de curso. Nerviosos y ansiosos porque comience. Llega el primer contacto con la selva.

Quetzales, águilas y jaguares, los tres grupos hechos por los monitores en función de la energía y fuerza de cada cual, comenzaron a volar y a caminar por el asfalto que nos conducía al inicio de nuestro destino, el pueblo de Cruces atravesando el camino del mismo nombre. ¿Y si nos perdemos?, ¿Cómo se puede estar en la selva por la noche?, preguntaban los chicos a los que la memoria cinematográfica les jugó una mala pasada en el comienzo del Camino de Plantación que más tarde entroncaría con el de Cruces. Sin duda, la serpiente mortal equis, nombrada así por la forma de esa letra que tiene a lo largo de su cuerpo, también sirvió para alimentar dudas en tímidos y recatados y acrecentar la adrenalina en aventureros varios.

Verdes en tonalidades infinitas, árboles, arbustos, flores de todos los gustos y colores, y animales chicos y medianos, y el sonido, solo eso por suerte, de los grandes. El hombre, el ser humano, es, sin duda, la mínima expresión entre tanta grandeza. Es la vuelta atrás en el tiempo en el que las personas era más animales que ahora. Salvaje sin normas lógicas que rompan con la naturaleza.

Poco antes de comenzar la estupenda comida en la selva empezamos a pisar cantos rodados y gastados por el transitar del paso del tiempo y de la personas. Era el Camino de Cruces, el mismo que pisaron españoles cargados de oro y piratas. El mismo que fue testigo de encarnizadas luchas por los preciados metales que llegaban desde Perú. Lo caminé en grupo, y solo, cuando me quedé diez minutos esperando al siguiente grupo. En ese momento de tranquilidad, solo rota por los sonidos de las alimañas, me dio tiempo a pararme a pensar donde estaba.

El esfuerzo de todos los chavales tuvo su recompensa. Llegamos al final del Camino, a Cruces. Y hubo sorpresa: un paseo en barca por el Chagres hasta alcanzar la otra orilla, la de la ciudad de Gamboa. Primera gran experiencia. Todos bajo el mismo calor y con los mismo argumentos. Todos bajo una misma bandera. Todos unidos y en la selva. Y yo, gracias a las pesquisas que hice al final del recorrido, limpito después de ducharme en la que ha sido la ducha más rápida (menos de 20 segundos), más oculta (escondiéndome de los niños que estaban a cinco metros), pero sin embargo más reconfortante de mi vida. Era un secreto..

2 comentarios:

Iván dijo...

Gracias josé por visitar mi blog
www.rutaquetzal2009.blogspot.com

pongo un enlace hacia este en mi web, si no te importa claro.

Me gustaria que me agregases al msn ivan_teruel92@hotmail.com para hablar sobre la ruta y quizas dedicarte un artículo en mi blog.

JOSÉ PABLO GARCÍA dijo...

Okis, intentaré agregarte, pero no me conecto casi nunca,a si que lo mejor es que hablemos por mail, o si lo prefieres por le Tuenti o Facebook. Si lo tienes puedes invitarme que yo te agregaré sin lugar a dudas.

Un abrazo y sigue luchando por tus sueños e ilusiones. Es lo único que nos queda..