miércoles, 18 de julio de 2012

Día 2: Atenas, capital histórica de Europa


Los días en la capital en la temporada estival empiezan, obligatoriamente, al alba. Las altas temperaturas (alcanzan los 40 ºC) junto a la humedad, hacen de la visita casi una tragedia griega. No es ninguna locura, por tanto, empezar el recorrido a las 8 de la mañana para ser el primero en entrar, con varios grupos de aborregados turistas también, en la Acrópolis (12 € con acceso también al Ágora, Olimpeion, el Teatro de Dionisio, etc. Los domingos la entrada es gratuita). Un viaje a Atenas se justifica tan solo con esta visita que tiene su momento culmen en el Partenón o Templo de Atenea virgen, o lo que es lo mismo, el máximo exponente artístico de la Grecia Clásica.


Aunque pudiera parecer que ahí acaba la visita a la ciudad, nada más lejos de la realidad. No siga a la manada de autobuses turísticos que harán creer al turista que todo empieza y acaba aquí. Muy cerca, en el Ágora, lo que fue el centro de la vida pública, se encuentra, por ejemplo, el Templo de Efeso, el mejor conservado del mundo griego clásico. Después de tanta piedra, que aunque no lo parezca también cansa, se puede pasear por una de las céntricas plazas de Monastiraki o Plaka y ver el diario de los atenienses hasta llegar hasta la Plaza Syntagma, el corazón de la urbe.



Atenas es sinónimos de muchas palabras, también de Olimpiada o Juegos Olímpicos, que por cierto no son lo mismo. Para la gente en general y para los amantes del deporte en particular, una visita al Estadio Olímpico (3 €, pero no es necesario acceder porque desde fuera se ve todo el recinto), es obligada. Los primeros Juegos de nuestra época (1896) se celebraron aquí y en este mismo espacio se situaba el originario edificio construido en el 335 a.C.



Por la tarde se puede visitar la zona de Omonia (Ayuntamiento), pero esto último (siempre contando con una jornada de visita) solo si sobra tiempo para subir la Monte Likavitos (una sufrida pateada o 7 € en funicular), los 227 metros que marcan el paraíso desde el que se divisa Atenas. Y para rematar el día, empezamos con la gastronomía, otro concepto que inventaron los griegos: tzatziki (yogurt fresco con pepino y ajo), ensalada griega con queso feta y moussaka (berenjena rellena de carne picada y con bechamel en el Restaurante Alexander.



En Atenas, a 6 de julio de 2012.

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