viernes, 21 de mayo de 2010

Día 1: Cádiz - Hamburgo en 18 horas (2ª parte)

Con más tranquilidad, esperamos a la salida del vuelo. No estaba previsto, pero improvisando añadimos dos nuevos aeropuertos a la lista, el de Málaga y el de Münich. Salimos con retraso y el enlace, para sumar más aventura, lo perdimos. Sin problemas, a la llegada a Alemania, nos cambiaron los billetes para el siguiente vuelo a Hamburgo. Solo había un problema añadido, tenía horas de retraso. El ansiado destino, a pesar de todo, cada vez estaba más cerca y, lo verdaderamente importa, abandonar España (una hora después de salir del aeropuerto de Málaga, éste cerro por la nube de cenizas), era una realidad.



Para matar el tiempo, visita a un centro comercial cercano, nos comimos el famoso currywürts (salchicha cortada con salsa al curry), cerveza y visita a los más entretenido de los países, a mi gusto, los supermercados (en ellos se ven los gustos, tendencias, nivel de vida, etc.). Nos montamos en el avión y para rematar la que sería la última odisea, el capitán no cuenta que estábamos en cola para despegar, pero había un problema… ¿otro? El aeródromo de Hamburgo cerraba a las 00:00 horas y teníamos que partir inmediatamente, sino nos tocaría volver a la sureña ciudad alemana. Se creerán que es broma, pero todavía falta la penúltima a pesar de las 11 de la noche y estar surcando el cielo buscando nuestro anhelado destino: turbulencias; no una minucia, sino de las que hacen parar el servicio de restauración y pone pálido a más de uno.


El día no se acaba. Aterrizamos a las 23:56 horas. El día no se acaba. Ahora, casi la última, llega el momento de correr de nuevo. Estábamos en la gran puñeta de la ciudad y teníamos que alcanzar el centro pronto. Solo quedaba por salir un tren de metro, pero se iba en cinco minutos. El grupo de colchoneros que casualmente nos coincidimos en el avión corrimos los 600 metros lisos, llegamos a la meta, y a tiempo.

00:10 Era el día 12 de mayo, el de la gran final, y estábamos a punto de besar la cama. Faltaba un paso, encontrar el hotel a la 1 de la madrugada por las calles hamburguesas. También lo conseguimos. Y colorín colorado, este cuento, más real que la nube de cenizas del tan querido volcán, se ha acabado.

En España, el cielo del mundo y Alemania, a 11 de mayo de 2010.

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