domingo, 31 de marzo de 2013

DÍA 1: Caminando hacia Oporto / Porto (1ª parte)


Badajoz es la capital de la provincia más portuguesa de toda España. A escasos 14 kilómetros de la frontera ha absorbido con el paso del tiempo y la historia lo mejor de dos naciones que viven en un mismo sitio. La influencia es total y como primer paso en nuestro caminar hacia Oporto queríamos empezar desde aquí.



Si pregunta por Badajoz le dirán que tiene poco que ver. Es fruto de la ignorancia. Puede ser que no tenga el esplendor de otras ciudades pero son varias y bonitas las cosas que ver; todas ellas con un marchamo que, ahora si, cambia con respecto del país vecino: Badajoz tiene una decadencia decadente, imagino que por el olvido de los gobiernos y la maldita crisis, Portugal, Oporto, tiene una decadencia que realza (no confundan con suciedad, que eso es otra cosa y es fácil de arreglar). 


La Plaza de España es un buen lugar para arrancar la visita y ver la antigua Catedral de San Juan Bautista (comenzó a edificarse en 1232, poco después de que llegarán los cristianos a la ciudad). Caminando por relajadas calles comerciales que recuerdan a tiempos pasados, sin música estridente en sus tiendas, sin escaparates homogéneos, sino todo lo contrario, y con lo mejor de cada casa, incluido el mejor trato (siempre fue parte importante importante del comercio hasta que llegaron las multinacionales), se llega a la Ermita de la Soledad, patrona de la villa. Antes de entrar, abra los ojos y mire arriba. Estará frente a la Giralda, de Badajoz, una construcción que me cuentan que hizo un comerciante enamorado de Sevilla.




Pero no es éste el único guiño a la capital andaluza. La Torre de la Atalaya, que recuerda a la Torre del Oro, pero ellos, los pacenses, se afanan en repetir que la suya es anterior en fecha. Al lado de la torre, también llamada de los Espantaperros, está la Alcazaba árabe, una de las joyas (deteriorada y venida a menos) de la ciudad.



Por original, con fachada en las casas de formas ajedrezadas con colores negros y grises, deben pararse en la Plaza Alta. Y antes de la marcha, obligado paseo por el Puente de Palmas (entrando por la Puerta de Palmas), “cervecina”, como dirían ellos, y acompañamiento ibérico del bueno.



En Badajoz, a Jueves 28 febrero 2013


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