lunes, 11 de octubre de 2010

Día 4: Arena, sal y barros

Si el primer día estuvimos en el cabo de Cavallería, hoy hemos ha vuelto a estar muy cerquita., en la playa que recibe el mismo nombre. Conocida y reconocida, en esta ocasión, y por ser septiembre, no estaba repleta, pero la belleza singular y sus barros, le hacen ser una de las preferidas del norte. Como buen hijo de vecino, fui con mi hermano y mi madre a trasformarnos en beduinos. No fue lo único, también disfrutamos de los fondos marinos y sus pescaditos.



Tras la siesta, siempre debe haber, aunque sea en un viaje, pusimos rumbo al punto más alto de la isla, el monte Toro, (361,6 metro). En su cima se encuentra el Santuario de la Mare de Deu de Toro (no había conocido antes una virgen con esta advocación), patrona de Menorca. Cuenta la leyenda que fue encontrada en el siglo XIII por unos monjes que vieron a un toro parado frente a un resplandor. El remate, desde este punto, es ver esconderse el sol tras los huertos, los prados y los bosques que mueren en el mar. Lo intentamos, pero las nubes este día no nos dejan.



Antes de llegar a Es Mercadal, un pintoresco pueblo que se encuentra equidistante entre Mahón y Ciutadella para reparar fuerzas visitamos Santa Galdana, una urbanización al estilo levantino cutre pero situado junto al majestuoso barranco d´ Algendar. Todo lo hermoso del paisaje se lo cargan los luminosos y moles de hormigón que lo rodean. Una lástima, pero por suerte, de las pocas excepciones de la isla.



En Menorca, a 6 de septiembre.

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