jueves, 7 de octubre de 2010

Día 3: Navegando por el sur de Menorca

El agua es el denominador común de toda isla que se precie, y hoy pretendíamos hacer uso de ella durante toda la jornada. Sobre ella fuimos navegando en un barco preparado para la ocasión que sale desde Ciutadella (hay dos empresas que realizan excursiones, Menorca Blava, la que elegimos creo con acierto, y Fiesta. Parten a las 10 horas, con regreso a las 17 horas, e incluyen paella y bebida, y en ambos casos el precio es de 40 euros).


Lo primero que pudimos ver es el cabo Artrutx, el punto más cercano de la pequeña isla respecto a su hermana mayor, Mallorca. Después observamos acantilados, a lo lejos playas de arena fina y como no, el agua, el gran protagonista, en todas las tonalidades, azul, celeste, turquesa…



Y para disfrutar del líquido elemento, realizamos el primer atraque en la playa de Son Saura. Si no están acostumbrados a estos colores, como nosotros, pasarán la mitad de la parada haciendo infinitas fotos y recogiéndose la baba, la otra mitad, en bañarse. Después de la rica paella, y tras dejar a un lado los bosques de pinos que se mimetizan a la perfección con la línea de costa, llegamos a Cala en Turqueta y a la “joya de la corona”, como conocen por aquí a Macarella (más famosa ahora si cabe gracias al anuncio de Estrella Damm rodado en este cala – Mediterráneo-). Son muy similares, una, la primera, más tranquila, la otra, la segunda, más ajetreada.



Para terminar el día acabamos en Fornells, a en el norte, a diez kilómetros de nuestro hogar menorquín. Obligatoriamente hay que dar un paseo por su puerto, visitar la torre, sobre todo por las vistas que se divisan desde ese punto, y si el bolsillo se lo permite, probar una caldereta en uno de los sitios recomendados por casi todas las guías de viajes. Como ya lo habíamos probado nos fuimos a una gran terraza, la que tenemos en caa y allí el menú fue pizza, ensalada y fruta. Y las vistas, en este caso, inmejorables.



En Menorca, a 5 de septiembre.

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