sábado, 18 de julio de 2009

San Fermines (2ª parte)


El encierro, el de cada mañana, lo conocen hasta en las antípodas, pero del encierrillo se sabe poco. Un golpe de fortuna, que hizo al padre de Marta, nuestra anfitriona, encontrarse a un concejal de Pamplona, hizo que pudiéramos verlo en un sitio privilegiado. Yo reconozco, que al conocer la noticia, mi jolgorio interior no me dejaba pensar. Desde los corrales del Gas hasta el corral de Santo Domingo (desde donde salen los toros cada mañana hasta la plaza de toros) se corren a los seis toros que el día siguiente participarán en el encierro. Para ello, hay que esperar a que caiga la noche, el silencio se apodere de los pequeños grupos que se reunen en la cuesta de Santo domingo, y que el cuerno suene. Esa señal marca la apertura de las puertas del corral y el comienzo del traslado. Los toros, junto con los mansos, caminan rápidos y veloces, hasta la que será su último cobijo.


El momento, místico por momentos, y simbólico, por lo que para las fiestas supone el toro y el encierro, supuso un gran aperitivo para todo lo que llegaría detrás. Sin tiempo, medida que se cotiza a precio de oro esos días en la capital Navarra, fuimos a cenar a un restaurante que seguro no encuentren en las guías, pero que si tiene la oportunidad no debería dejar de visitar, me refiero a la casa de los padres de mi amiga Marta. Comida rica, caldos agradables y mejor compañía.


Nos saltamos los fuegos artificiales, que por esta noche vimos en la tele, pero a cambio salimos con toda la energía del mundo para conocer Pamplona la Nuit…en fiestas. Tal vez sea de lo más conocido, como los encierros, y eso sí, eso es como se imagina, o casi. Mucha gente, tanta como para colapsar calles enteras. Mucho alcohol, y muchas ganas de divertirse. Y casi cuando no te has dado cuenta, llega el epílogo de la historia. Las máquinas, prestas desde tres horas antes del encierro, se afanan, a pesar de borrachos y otras especies nocturnas, en dejar como una patena lo que será el recorrido del encierro. Con milimétrico planteamiento, tantos las fuerzas de seguridad, como médicos, basureros, carpinteros, etc. Montan una ciudad nueva dentro de otra. Si les digo esto pueden llamarme friki, pero una de las cosas que más puede llegar a sorprender a un visitantes en estas fiestas es, sin duda, la logística montada por el ayuntamiento y el gobierno foral. ¡Chapó!
En Pamplona, a 1o de julio de 2009.

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