jueves, 21 de mayo de 2009

Día 1: El cine, la guerra y Berlín (1/2)


Antes de acostarme anoche, fui a beber agua. La imagen tras la ventana era la de una gran avenida de cualquier capital del mundo. Pero, sin embargo, no lo era. Era una de las avenidas de la zona este (la que dominaba la URSS). Era una avenida de la guerra. Nunca estuve antes, pero la memoria cinematográfica a veces juega estas pasadas. Como éste, a lo largo del día, esa sensación se ha repetido.



Para empezar el día, decidí, yo solo, ya que Ale tenía una cita con el embajador español en Alemania, hacer una parada obligada en uno de los símbolos de la capital alemana, la Puerta de Brandendurgo, al principio de la avenida Unter der linenn. Se construyó entre 1788 y 1791, y fue como tantas otras cosas de la ciudad, un monumento de ida y vuelta, ya que Napoleón lo mandó llevar a París en 1806, y más tarde volvió a su emplazamiento originario. Pero, sobre todo, fue un monumento marcado históricamente por ser el lugar donde se alzaron cientos de alemanes con su alegría y satisfacción por encima del muro de la vergüenza en 1989.



Más tarde, a las diez de la mañana, llegué a la Isla de los museos, que es así como se conoce a la zona en la que se encuentran las salas más importantes de la ciudad: Bode museum, Alte Nacional galerie, Altes museum, Neus museum y el Pergamon museum. Los tres últimos, fue los que visité, y de entre ellos, si tiene poco tiempo en su visita, el que recomiendo es el Pergamon, para poder ver, entre otras cosas, el altar de Pergamo.

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