lunes, 7 de junio de 2010

Bamberg, perdidos en Baviera (por Carlos Yagüe)

Aprovechando que estamos por tierra germanas, tras la escapada a Hamburgo, mi amigo Carlos Yagüe nos deja una líneas sobre la ciudad alemana de Bamberg. Pronto, en julio, volveremos a recorrer un destino menos turístico de lo habitual, una ruta por Eslovenia y Croacia, y las crónicas de ambos regresarán a este blog de Un gaditano colchonero por el mundo. Os dejo con ello:


Bamberg es una ciudad situada al este de Alemania, en la región de Baviera, a poco más de 300 kilómetros de Praga.

Esta modesta urbe tiene más de once siglos de antigüedad, lo que seguro que ha contribuido a que haya sido nombrada Patrimonio de Humanidad por la UNESCO en el año 1993. Si el viajero acude a Bamberg no le llevará mucho tiempo conocerla, pues lo más interesante es su centro histórico, bien conservado y cuyas edificaciones no dejan duda al visitante de que se encuentra en Alemania. Los puentes son una clara seña de identidad de Bamberg, presentes e imprescindibles.

Las excelentes conexiones ferroviarias germanas permiten poder conocer otros lugares de interés de los alrededores de esta urbe, como por ejemplo Nuremberg, a aproximadamente una hora en tren, y la ciudad con aeropuerto más cercana si se quiere llegar a Bamberg.

En esta localidad chocan dos aspectos diametralmente opuestos, pero que en cierto sentido ayudan a la multiculturalidad y a la diversidad de esta ciudad alemana. Bamberg es un destino habitual para los estudiantes ERASMUS, que se concentran en buen número teniendo en cuenta las dimensiones de la localidad (unos 70.000 habitantes), y además, también alberga una base militar norteamericana. Contraposición curiosa esa de formación intelectual y concentración bélica.

Por una parte, los estudiantes, llegados de todas las partes del mundo pero con gran protagonismo de italianos y españoles le dan color a la noche de la ciudad, especialmente de los días entre semana, ya que los fines de semana suele bajar la actividad. Este decrecimiento puede deberse a que Bamberg también acoge a estudiantes de otros lugares de Alemania, que vuelven a casa en el fin de semana. En Europa, el personal se va de casa a los 18 años, algo que el español medio sólo hace a esa edad por fuerza mayor.

No es extraño pasear por Bamberg y ver a soldados ‘yankees’, a los que no les hace falta el uniforme para que se les reconozca: fornidos, desafiantes y claros exponentes del mestizaje de la gran América.

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