domingo, 25 de octubre de 2009

Día 0: Un viaje a otro continente

Nos vamos de viaje a otro continente, al africano. Para ello lo primero es llegar a Algeciras, y a su puerto, puerta del continente africano para los europeos. Contenedores, barcos descargando los frutos que da el mar y pasajeros, muchos pasajeros. Esas conjunciones dan sentido para que el puerto de Algeciras sea el más importante de España, y uno de los más grandes y activos de Europa (sexta posición con unas cifras que están en torno a los 4.000.000 de personas y el millón de vehículos al año). Una pequeña ciudad dentro de otra.


Para navegar rumbo al vecino continente, ya se disponga a visitar Ceuta o Marruecos, la forma más rápida, que no más barata, de llegar a la otra orilla es, sin duda, el ferry. Varias marcas luchan por atraer a los clientes, pero oferta es exactamente la misma. Mismo precio, mismo servicio. Así que elijan la que más rabia le de, o la que mejor horario le ofrezca (Balearia, Acciona, Euroferrys o Buquebus). Eso sí, nada de aparcar en el interior del puerto, porque sino harán más rico a la Autoridad portuaria, y más pobre a su bolsillo. Hay aparcamientos por las zonas aledañas por el módico precio de un euro, a pagar al señor aparcacoches.




El viaje dura, desafortunadamente, unos 45 minutos. Durante ese espacio de tiempo, estar con los ojos bien abiertos es una buena recomendación. El Estrecho de Gibraltar, lugar donde confluyen el Atlántico y el Mediterráneo, culturas muy diversas y una rica y variada fauna, es una maravilla para los sentidos. Aves de todo tipo, con suerte algún cetáceo, y todo lo que se queda bajo el mar que no vemos, es el precioso paisaje que nos acompaña en nuestro viaje entre dos mares…

… Y Ceuta ya está aquí. Situada en la orilla africana del Estrecho de Gibraltar, en su desembocadura oriental, la ciudad autónoma española limita al norte, al sur y al este con el Mediterráneo y al oeste con Marruecos. El mar y el país vecino son, efectivamente, dos de sus grandes influencias. En este territorio de 19,3 kilómetros cuadrados conviven cristianos, musulmanes y judíos, dando una lección al mundo de que todo ello puede hacerse de forma natural y cotidiana, sin leyes, políticas, ni artificios.


Esta noche toca disfrutar de Ceuta y su gente en buena compañía, la de María José. Con ella me he venido a descubrir una ciudad distinta, marcada por su situación geográfica.

En Ceuta a 15 de mayo de 2009

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